El astigitano Iván Moya presiona a Bezares. Foto: Bernardo Ruiz.
Javi Cabezas es una rara avis en Segunda División B, una categoría en la que la clase y la magia son sinónimo de fiesta. El Écija Balompié enterró en 15 segundos, el tiempo que se demoró una cabalgada descomunal del elegante interior cordobés por la banda diestra, miles de complejos y cientos de fantasmas de su pasado más reciente, en el que los rivales, sin opositar al triunfo, alzaban el pulgar en señal de éxito. Ante el Arroyo CP, otro inquilino de la clase jornalera del torneo, los azules consiguieron el máximo botín merced a un formidable zurdazo de Álvaro Ocaña, a una postrera diana de Plata y a una concentración defensiva digna de un candidato a la calma. Borja dispuso un 4-4-1-1 con el cerebro Cervera de enganche y el incombustible Plata de llanero solitario. El once anfitrión trató de asumir el control de la sala de máquinas con un doble pivote integrado por Francis Durán e Iván Moya, que dotó de equilibrio a las transiciones. Sin tiempo para interpretar los roles de ambos púgiles, la cruceta de la meta de Juanma escupió un lanzamiento envenenado de Manu Reina, la principal sorpresa en el flanco zurdo. El Arroyo CP, sin más ingenio que la experiencia de Bezares y la electricidad de Ruano, no se prodigó en la zona de definición.
Con más parsimonia que en Albacete, el Écija buscó el gol a través de acciones combinativas. Sin embargo, el descenso entumece la musculatura y los azulinos perecían en los dominios del arco extremeño, en el que Juanma intervino antes del intermedio en una falta botada por Javi Cabezas desde la frontal. Los visitantes, sin un guía capaz de erigirse en portavoz, sólo avisaron tras una contra nacida de un robo que González no materializó.
Tras la reanudación, un jugador top, Javi Cabezas, contagió a la grada de optimismo. El cordobés dibujó una autopista en el carril y monopolizó las acciones de peligro. Plata, que nunca se conforma, aceptó el reto de sobrevivir en la soledad del área rival. El granadino Javi Pérez, con un cabezazo tierno, e Iván Moya, errático en la entrega, perdonaron antes de que Cabezas sirviera el gol a Ocaña, letal en la muerte súbita.
Pero el destino eligió otra ruleta rusa para los locales, que en una acción sin aparente peligro recibieron el 1-1 y su correspondiente billete para el sollozo. El silencio se propagó a la velocidad de la luz por la Ciudad de las Torres, en la que desde el verano el único rato de felicidad fue el triunfo copero ante La Hoya. Y así fue hasta que Plata, con el alma y el aliento de la grada, cazó un rechace para firmar el 2-1 y originar unos días de calma. Ficha técnica: Écija Balompié: Sergio Sanz; Toscano, Alejo, Javi Pérez, Álvaro Ocaña; Javi Cabezas, Francis Durán (Úbeda, m. 76), Iván Moya, Manu Reina (Juanfri, m. 69); Cervera (Núñez, m. 90); y Plata.
Arroyo CP: Juanma; Manu, Bayón, Sergio Castaño, Santi Polo; Ruano, Bezares, Morán, Dani González (Juanjo, m. 46); Juanfran y Willy (Espinar, m. 61).
Goles: 1-0 (m. 69) Álvaro Ocaña. 1-1 (m. 80) Espinar. 2-1 (m. 88) Plata.
Árbitro: Escudero Marín, de Castilla y La Mancha. Amarilla a los locales Toscano y Javi Pérez; y al visitante Manu.
Incidencias: 900 espectadores en las gradas de San Pablo.
