El fotógrafo sevillano Javier Caró expone durante este mes en el Centro Cultural Cajasol de Sevilla una colección de 18 instantáneas que, bajo el título Habitantes del Flamenco, pretende captar la universalidad del arte jondo a través de la relación que varias bailaoras y cantaoras de distintos continentes han mantenido y mantienen con esta disciplina artística.
Fotografías que mezclan lo real y lo onírico creando un conjunto compacto y natural, y que reflejan y conservan la propia personalidad de las artistas uniéndolas bajo el manto del flamenco. Tras la declaración del Flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco en 2010, Javier Caró (Sevilla, 1974) ha querido acompañarse en esta muestra por 18 mujeres que, procedentes de diferentes países como Rusia, México, Corea del Sur, Polonia, Francia o Perú, un día se enamoraron del flamenco en la distancia y ahora lo aman por derecho, y continúan formándose en él día a día.
Este proyecto me ha brindado la posibilidad de conocer el flamenco más allá de nuestras fronteras. Diez meses de aprendizaje, junto a estas 18 artistas, sobre el poder de los sueños y la valentía para conquistarlos, asegura Caró, quien considera que el flamenco derriba fronteras, levanta pasiones, latiendo a un mismo compás y eso es algo de lo que debemos sentirnos orgullosos. Sus posibilidades artísticas son infinitas y están aún por explorar.
El comisario de la exposición, Antonio Zoido, asegura que la exposición no es universal, sino cósmica, y en cada una de sus obras cuenta tanto la persona reproducida como el trazo de una geometría con más dimensiones de las que señalan los preceptos euclidianos; y, fundamentalmente, la creación del ambiente alrededor del núcleo.
Producida por Valquiria Producciones, la muestra está compuesta por 18 fotografías artísticas a color sobre bastidor de madera en distintos formatos.
La muestra puede verse hasta el día 30 en el Centro Cultural Cajasol de la calle Laraña, de martes a sábado de 11.00 a 13.30 horas y de 18.00 a 21.00 horas. Los domingos y festivos sólo se podrá visitar de 11.00 a 13.30 horas.
