Plaza de la Real Maestranza de Sevilla Ganado: Se lidiaron seis novillos de Fuente Ymbro, bien presentados y de fondo manso en líneas generales. Sobresalieron del encierro los ejemplares lidiados en cuarto y sexto lugar, un punto rajados pero de excelente condición para la muleta. Duró poco el quinto y en el resto pudo más la mansedumbre. Novilleros: Javier Jiménez, de azul pavo y oro, silencio tras aviso y oreja. Vicente Soler, de rosa chicle y oro, silencio tras aviso y silencio. Miguel Ángel León, de lencería y oro, silencio tras aviso y vuelta al ruedo. Incidencias: La plaza registró menos de media entrada en tarde fresca. Los utreros de Fuente Ymbro despedían las novilladas de abono. La plaza de la Maestranza no volverá a abrir sus puertas hasta el próximo 27 de junio en horario nocturno para inaugurar el ciclo de promoción de nuevos valores que tan buen sabor de boca dejó el pasado año. La crisis y los nuevos condicionantes organizativos del espectáculo nos privarán de un mes de toros que no hace tanto era inapelable. Pero así están las cosas. Y aunque nos quejemos tanto y tantas veces no siempre tenemos el suficiente carácter para poner el grito en el cielo si un novillo cargado de posibilidades se arrastra con las orejas puestas. En fin... No fue el caso de Javier Jiménez, currado y architoreado en todos los ruedos de la piel de toro, que ya está pidiendo a gritos una alternativa que le termine de definir como torero en el escalafón mayor. Jiménez, que se formó bajo la exigente batuta de Espartaco padre, se sabe el oficio de pe a pa y no está exento de un valor suficiente y natural para resolver las dificultades que le plantean los novillos. Ayer sorteó dos de muy distinta condición: un primero manso y con ciertas dosis de calidad inicial que tampoco perdonaba una. Ahí pudimos ver al Jiménez más valeroso y capaz, más que puesto para lidiar las embestidas de un ejemplar que acabó desarrollando demasiadas complicaciones. Pero el rubio torero de Espartinas pudo desquitarse con el cuarto, uno de los mejores ejemplares del envío de Ricardo Gallardo. Sinceramente entregado, Javier Jiménez supo estar a la altura de la calidad del novillo de Fuente Ymbro, que rompió con importancia en la muleta, especialmente por el pitón derecho. Más complicado por el lado izquierdo, el chaval acabó de remachar su labor por el otro pitón en una faena bien hecha y bien dicha basada en muletazos hondos y macizos que pusieron a todo el mundo de acuerdo. La oreja, con o sin pinchazo, era más que merecida. También llegarían a pedirle un trofeo a Miguel Ángel León, joven promesa de Gerena que se destapó toreando los festejos veraniegos de la pasada campaña. El chaval mantiene las mismas claves que le hicieron destacar entonces: bullidor, habilidoso y alegre en la cara de los novillos aunque hay que demandarle un mayor compromiso en la colocación para cuajar por completo a sus oponentes y despejar cualquier tipo de duda. León sabe llegar al tendido y hace de todo: al tercero lo recibió con dos largas pero un volantín lo dejó mermado de fuerzas y un punto mirón. El de Gerena anduvo fácil y capaz pero citando siempre muy al hilo. En cualquier caso tuvimos que esperar al manso y boyante sexto para hacernos una idea definitiva. Miguel Ángel León vende bien la moto pero no debe conformarse con la vuelta al ruedo de ayer. Ese último novillo de Fuente Ymbro exigía cruce y apuesta para cuajarlo de cabo a rabo y hartarse de torear. Rajadito, el utrero se abría con importancia, ofreciendo la oportunidad de un triunfo grande que el chaval no terminó de aprovechar por completo. Cuidado. Entre uno y otro hizo el paseo un tal Vicente Soler que no dejó demasiados recuerdos de su labor. Como casi todo el encierro, el segundo fue manso, también obediente, pero muy corto de viajes. Tampoco terminó de romper por completo el quinto, muy de más a menos. Lo toreó bien a la verónica y se esforzó con la muleta. Eso sí, debe plantearse seriamente el tema de las banderillas. No le van nada.