-¿Conoce Utrera o es su primera visita a la ciudad?
-Es la primera vez, y eso que he estudiado y viviendo muchos años en Sevilla. He conocido a muchos amigos que eran del Conservatorio de Utrera, pero no he tenido el placer de visitar la ciudad.
-¿Qué le parece que la Junta de Andalucía fomente este tipo de actividades en escenarios de menos envergadura como el de Utrera?
-Me parece una iniciativa muy positiva, porque con ella se lleva este tipo de música a espacios más pequeños, y no siempre a los grandes teatros de las capitales. Yo ya participé en este tipo de circuitos cuando tenía 16 ó 17 años, y fue una idea revolucionaria, que hoy ya se ha desarrollado y ha cogido un vuelo extraordinario. Cuando la consejería me propuso la idea, al principio me sonó a locura, para poder conjugar esos 50 conciertos con otros tantos que tengo yo por mis propios compromisos del año, pero venir a Andalucía y tocar aquí es un placer y un gran honor. Esa mezcla, y la oportunidad de visitar muchos pueblos andaluces, hicieron que dijera que sí. Además, iniciativas de este tipo son las que acercan la gran música a los ciudadanos de los núcleos más pequeños.
-¿No llega a agotar estar cada día en una ciudad diferente?
-Sí, cansa mucho estar prácticamente todos los días viajando con conciertos, pero es algo apasionante, con lo que siempre soñé, por lo que he luchado.
-¿Se ha considerado alguna vez un bicho raro por ser pianista en una tierra tan flamenca como Andalucía?
-No tanto, porque cuando te introduces en el mundo de la música clásica te das cuenta de que hay mucha gente antes que tú que han hecho carreras prodigiosas. Por ejemplo, Orozco fue uno de los grandes pianistas, y era de Córdoba; Cubiles, que era de Cádiz, fue otro de los grandes maestros,? Pero sí, cuando era más joven, me sentía un bicho raro en el colegio, porque no había mucha gente que estudiara música. Afortunadamente, ya casi nadie te hace esa pregunta tan tremenda de "tocas el piano, y además de eso, ¿qué estudias?". La gente ya tiene una cultura suficiente como para entender que ser pianista es una profesión, que requiere una dedicación absoluta y exclusiva, como cualquiera otra.
