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Jeques y salvadores

Llegan para servirse del fútbol, de los clubes, donde ven sólo una forma de promover sus negocios e inversiones

el 06 ago 2012 / 13:48 h.

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Cualquiera le tosía hace unos meses al jeque Al-Thani o se permitía hacer un comentario jocoso en Málaga. Similares situaciones habíamos vivido años atrás, en el Real Betis Balompié con Lopera, María Teresa Rivero en el Rayo Vallecano, Agapito Iglesias en el Real Zaragoza y hasta las situaciones esperpénticas del indio del Racing acompañado por el presidente de la Comunidad de Cantabria, señor Revilla. Son tan recientes que están en la mente de todos.

Podríamos alargar la lista pero esperemos y deseemos que personajes como estos que vinieron para servirse, demostrado queda, y no para servir al fútbol, pasen como anécdotas desgraciadas que sucedieron en un tiempo de "vacas gordas" y permisividad extrema que tienen en ley concursal a innumerables equipos, otros en la ruina y a otros hasta desaparecidos. Este es el panorama de un fútbol que no es sino el botón de muestra de la sociedad española. Un fútbol que trajo jeques y salvadores a los que el fútbol solo les servía en relación directa a sus facilidades para llegar a las altas esferas y encontrar facilidades para sus negocios e inversiones.

Este fin de semana ha comenzado la liga en Argentina. El viernes la abrió el partido Arsenal-Unión. Frío intenso en noche lluviosa del crudo invierno austral. Campo difícil para el juego y público escaso en las gradas. Cada vez es más difícil encontrar jugadores interesantes porque emigraron muy jóvenes y los clubes subsisten de puro milagro. "Fútbol para todos". Así se anuncia el fútbol televisado gratuito por decreto de la presidenta Cristina Fernández de Kitchner en una medida populista para ganar el favor de los aficionados y de paso sus votos. El locutor afín, como es lógico, con la causa empezó de esta forma: "Vuelve el fútbol: la felicidad del pueblo".

Si terminar con el paro, buscar la mejor economía, la sanidad y la educación no son el bienestar de un pueblo, no vengan vendiendo felicidad barata y populista en un juego que debería ser justamente esto, pero que su desbordada pasión hace que políticos, jeques y salvadores lo utilicen en su beneficio propio. Espero que si algún día aparecen por sus equipos recuerden todo esto porque el fútbol es tan goloso y el aficionado tan pasional, que las mentes frías y calculadoras de esos que solo piensan en el negocio y el dinero volverán como moscas y seguirán colocando sus patas en la miel de ese pastel gigante que es el fútbol.

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