Cofradías

Jerusalén se llena de luz y azahar en El Salvador

La plaza se llenó para ver bajar la rampa a las primeras nazarenas.

el 28 mar 2010 / 19:27 h.

La pequeña Carmen, de seis años, estaba nerviosa. "Quiero pedir por todo el mundo y aguantar todo el recorrido", señaló, como arrancándose las palabras de la garganta por los nervios, minutos antes de que se abrieran las puertas de la Iglesia del Salvador por las que la Borriquita habría de salir a la calle, a una plaza henchida de sol y de gente y nevada del azahar que de los naranjos hacía caer la leve brisa que refrescaba el calor del mediodía. Era el primer día de la Semana Santa de las 60 cofradías y la primera vez que la Borriquita salió con nazarenas y, tras un invierno durísimo de lluvias, la mañana soleada y límpida en el Salvador se ofrecía como el escenario perfecto y soñado para ver el paso de Cristo haciendo su entrada en Jerusalén, en Sevilla.Las nazarenas fueron, más tarde, motivo de las loas del presidente del Consejo, Adolfo Arenas, a esta hermandad. Tras solicitar un pequeño de la Borriquita la entrada de la corporación en la carrera oficial, Arenas hizo explícitos "su satisfacción y honor por otorgar la venia a esta hermandad, que tantas cosas buenas estrena este año".
La expectación era tal que ya una hora antes había gente apostada en las aledañas calles Orfila y Cuna para tomar un sitio desde el que contemplar de cerca la Borriquita. Como todos los Domingos de Ramos, la hermandad se encomendó a todos los niños que no podían disfrutar de tan luminoso primer día de la Semana Santa sevillana.

En la iglesia del Salvador, los padres, las madres, los abuelos de los niños que vestían de nazareno no podían ocultar su devoción, su emoción. Ésta estalló poco antes de unas tres de la tarde que con el cambio de hora no lo parecían cuando se abrió la puerta del templo. En el exterior, todo luz; en el interior, todo penumbra acogiendo el paso que todo el mundo quería contemplar ya en la calle.

José María Rojas Marcos golpeó pasadas las tres el martillo de la primera levantá, que dedicó "a las hermanas nazarenas de esta hermandad, que por primera vez van a poder hacer la estación de penitencia".

Apenas pasadas las tres y media el paso empezó a descender de la larguísima rampa para salir del templo. Las notas las vertía a los vientos del mediodía, precisamente, la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Sol, y sol y luz era lo que caía a raudales mientras los 48 costaleros comandados por Rojas Marcos mecían con mimo y tiento, con un ritmo casi imperceptible, con un paso milimétrico, al Señor de la Sagrada Entrada.

Finalizada la rampa, el paso emprendió una revirá entre la multitud que se agolpaba en esa zona. La maniobra recibió la emoción y el estallido de aplausos de una plaza que ayer fue toda Suya, de Él entrando en Jerusalén, del Salvador.

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