Cultura

Jesús Ruiz Mantilla reivindica el placer como filosofía de vida

El escritor y periodista cántabro Jesús Ruiz Mantilla ya hizo un gesto reivindicativo de los placeres y la buena vida en 'Gordo' y ahora, en su último libro, 'Placer contra placer', reivindica el placer como "una filosofía progresista cuyo objetivo primordial es la felicidad".

el 15 sep 2009 / 06:15 h.

El escritor y periodista cántabro Jesús Ruiz Mantilla ya hizo un gesto reivindicativo de los placeres y la buena vida en 'Gordo', pero ahora da un pasó más y en su último libro, Placer contra placer, reivindica el placer como "una filosofía progresista cuyo objetivo primordial es la felicidad".

Así, este escritor que cada viernes se encarga de la Guía del Bon Vivant en el programa de radio La Ventana, de Gemma Nierga en la SER, ha plasmado en 'Placer contra placer. ¡Qué bien se vive cuando se vive bien!', editado por Aguilar, todos las pequeñas situaciones y circunstancias cotidianas que pueden hacer más feliz la vida los mortales.

"El libro, que me lo he planteado como un divertimento para la gente -advierte-, está basado en la teoría del placer como filosofía que afronta la felicidad como un objetivo primordial de la existencia, desde los griegos de Aristóteles hasta los epicúreos y que ahora ha bajado de categoría por una moral impuesta basada en el concepto de la vida como un valle de lágrimas", explica a Efe el autor.

"Mi padre, que fue un sabio, me dejó como herencia una impagable filosofía del placer envuelta en una frase tan enigmática como redundante: "Qué bien se vive cuando se vive bien". Así arranca este relato.

Y es que esta frase pervive en el recuerdo de Mantilla porque la pronunció su padre "sentado en la terraza de su humilde choza frente al mar en la mágica playa de Berría", y demuestra, para él, "una sabiduría que requiere haber sido capaz de parase a pensar, a reflexionar y fotografiar en la retina de la memoria el momento de placer, que siempre es fugaz y como tal constantemente perseguido".

Pero el autor de títulos como 'Los ojos no ven', 'Preludio o Yo, 'Farinelli', además de buscar los placeres en las pequeñas cosas cotidianas, como tomar un buen desayuno al aire libre, pasear junto al mar, comer con los amigos, escuchar una buena música, leer a un clásico o tomar un buen whisky, ha buscado en las fuentes de los grandes pensadores las claves del placer. Y habla de la propuesta de Schopenhauer en 'El arte de ser feliz' y la idea de que la felicidad va por la vida con dueño "siempre atada al cuerpo de alguien, dentro de nosotros mismos, en lo que somos y no en lo que tenemos".

"Para que exista felicidad "para que la sintamos -siempre con la conciencia de que nunca será plena-, para que seamos capaces de vislumbrar y disfrutar el placer, debemos haber conocido también el dolor, la pena", escribe Mantilla, que se considera un apasionado de la literatura de los sentidos. "Me fascina llegar a las historias a través del olor o el sabor, como ya hiciera Proust, Cervantes o el mismo Manuel Vicent".

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