Los dos últimos partidos del Sevilla han supuesto una pesada losa sobre Manolo Jiménez, entrenador del Sevilla. El objetivo se ha alejado y la entidad nervionense, salvo milagro, ya piensa en un nuevo proyecto para la próxima temporada con otro técnico.
El viaje de regreso de Murcia fue bastante esclarecedor. Un José María del Nido bastante serio apenas intercambió palabra con un Manolo Jiménez bastante preocupado que era la viva imagen de la impotencia nervionense en la Nueva Condomina.
En los dos últimos partidos, la abultada derrota en casa ante el Almería y el insuficiente empate de este sábado en Murcia, el Sevilla, más allá de la diferencia numérica en puntos con respecto a la Liga de Campeones, ha mostrado una paupérrima imagen que ha terminado por desesperar a un consejo que ya no tiene fe ciega en el entrenador sevillista. Hasta tal punto que, salvo sorpresa mayúscula en las últimas cuatro jornadas del campeonato, el relevo en el banquillo se producirá para la próxima campaña y ya se valoran algunas opciones.
El juego nervionense ha caído en picado y el equipo ha perdido casi todos los valores futbolísticos que le llevaron a los grandes éxitos alcanzados en las dos últimas temporadas. A los varapalos sufridos ante el Barcelona en la Copa del Rey -éste en menor medida- y sobre todo ante el Fenerbahçe en la Liga de Campeones, grandes rémoras para Manolo Jiménez mientras mantenía al menos un rumbo firme en la Liga, se ha unido estas dos últimas semanas su bajo rendimiento en el campeonato nacional.
De hecho, de haber sacado los últimos seis puntos, algo esperado a priori, en estos momentos ya ocuparía la cuarta plaza de la clasificación. Pero los dos malos resultados han terminado por exasperar al sevillismo en los pasillos del Sánchez Pizjuán y fuera de ellos, porque el enfado en la expedición de regreso a la capital hispalense no solo afectaba a los miembros de la plantilla, sino también a los seguidores nervionenses que se desplazaron hasta la localidad pimentonera.
En cualquier caso, el consejo encabezado por José María del Nido tiene claro que en estas cuatro jornadas la única imagen que se puede transmitir es la de unidad para intentar alcanzar la Liga de Campeones o en su defecto amarrar la Copa de la UEFA, pero nunca la de división.
De cara a la próxima temporada el mercado de posibles técnicos para el banquillo sevillista cada vez es más reducido. Una de las posibilidades que manejan en Nervión es la de Quique Sánchez Flores, ex entrenador del Valencia y del Getafe.
Gusta en la dirección deportiva del Sevilla y su situación actual, sin equipo tras salir del conjunto che en el primer tercio de la temporada, podría facilitar su contratación. Es uno de los mejores colocados después de la dificultad para llegar a un acuerdo con Marcelino, con el que se mantienen algunas diferencias deportivas. Pero no es la única opción.
También está encima de la mesa, según ha podido saber este periódico, el nombre de Michael Laudrup, cuyos métodos y su forma de dirigir al Getafe esta temporada también han causado una buena impresión entre los nervionenses. En cualquier caso, con el danés habría un hándicap importante que salvar, la deteriorada relación que mantiene el Sevilla con Bayram Tutumlu, agente del actual entrenador del equipo getafense.
En la baraja también estaba la carta de Ernesto Valverde, aunque la paupérrima segunda vuelta firmada por los catalanes le ha hecho perder crédito entre los técnicos nervionenses.
