La política de paciencia, negociaciones largas y poca precipitación que está llevando a cabo el Sevilla este verano tiene sus consecuencias tanto en el capítulo de refuerzos como de descartes. Difícilmente estarán en la pretemporada los primeros, pero sí los jugadores que no cuentan.
Manolo Jiménez se puede encontrar el primer día de trabajo en Costa Ballena con una plantilla de 31 futbolistas de los que muchos no tienen su beneplácito para continuar la próxima campaña en el equipo sevillista. Es el problema del atasco que se está produciendo en la operación salida del conjunto hispalense. Ni Maresca ni Chevantón ni De Mul ni Mosquera ni Crespo, principalmente, han encontrado aún acomodo, y varios de ellos tienen difícil encontrarlo incluso a lo largo del verano.
Por todo ello, el 11 de julio se presentarán en Sevilla para realizar la pretemporada junto al resto de sus compañeros si no hay novedad antes, algo que el club pretendía evitar. Porque además de estos futbolistas, habrá otros que realizarán la pretemporada, pero cuyo futuro está igualmente en el aire. Es el caso de varios de los cedidos que regresan, como Lolo, Casado y Alfaro, y algún que otro canterano, como David Prieto.
A este overbooking de futbolistas en la primera plantilla, sin embargo, parece que se sumarán pocos refuerzos al comienzo de la pretemporada. De hecho, la dirección deportiva trabaja esta temporada con otros parámetros y la situación económica prepondera a la temporal. Es decir, que es probable que la mayoría de los fichajes lleguen ya con el equipo entrenando y ejercitándose en Costa Ballena o incluso más tarde, si el precio así se abarata.
Con todo, Didier Zokora cuenta con opciones de estar en la pretemporada sevillista. Así lo quiere el mismo jugador, que ya ha transmitido al Tottenham que, a pesar del interés de otros clubes, sólo saldrá de la entidad londinense para jugar en el Sevilla.