-De optar a campus de excelencia a quedarse como universidad prometedora con 500 años de historia resulta cuanto menos chocante. ¿Qué es lo que ha fallado?
-La decisión que se ha tomado por el Ministerio no se puede justificar ni por criterios políticos, ni territoriales ni científicos. Todo es mejorable siempre, pero la decisión es un error injustificado e injustificable.
-Pero fue adoptada por un grupo de expertos internacionales. ¿Cuestionan ustedes a este comité?
-El comité de expertos ha asesorado [y lo subraya] al Gobierno. La decisión hay que medirla pues en términos de lo que es: una decisión política que ha rozado el insulto en las calificaciones que ha hecho de las universidades andaluzas.
-¿Y cuáles son a su juicio los motivos políticos que ha tenido en cuenta el Ministerio?
-Los tendrá que explicar el Ministerio, no yo.
-¿La Universidad se plantea formular una queja por el resultado ante la Conferencia de Rectores, ante el Ministerio o ante cualquier otro órgano universitario?
-La semana que viene hay reunión del CAU y en ella expresaré con firmeza y rotundidad mi posición negativa sobre el proceso que se ha seguido y por el resultado obtenido.
-¿Cree que la Universidad de Sevilla ha podido pecar de complacencia?
-Yo respeto a quienes así lo piensan. La opinión es legítima, pero no la comparto. La Universidad de Sevilla ha obtenido más de diez millones de euros en proyectos de excelencia. No había motivos para pensar que el resultado de esta convocatoria, que era compleja, fuera el que hemos tenido.
-Más que por el dinero, ¿el fallo cuestiona la imagen de la Universidad de Sevilla?
-El fallo supone un grave deterioro de la imagen de las universidades andaluzas, en general, y de la Universidad de Sevilla, en particular. Ha sido injusto desde el punto de vista científico y académico, además de un error político.
-¿Cómo piensan contrarrestar esa mala imagen que se puede proyectar?
-Vamos a seguir trabajando como lo venimos haciendo y buscaremos la fórmula y el dinero necesario para cumplir con nuestros planes.
-Entiendo entonces que el plan estratégico para campus de excelencia se cumplirá.
-Naturalmente. La denegación del sello de campus de excelencia no altera nuestro plan.
-El Ministerio les anima a presentarse el año próximo, en el que no tendrán que pasar el primer corte. ¿Lo harán o creen que el concurso está ya muerto?
-La responsabilidad del rector es acudir a cuantas convocatorias y concursos supongan traer financiación para mi Universidad. Así que acudiré a éste y a todos. Otra cosa es el entusiasmo con el que vayamos y la credibilidad de la convocatoria, que no será ya la misma.
-¿Le ha llamado alguien del Ministerio para darle explicaciones?
-[Tajante] Nadie.
-Al final, Córdoba, con su estrategia de ir con otras universidades, ha sido la que se ha llevado el gato al agua. ¿Cree que la Universidad debería haber explorado ese camino?
-Creo que no. La apuesta de Córdoba ha sido muy inteligente. Lo ha hecho muy bien y yo la he felicitado por ello. Pero su contexto es completamente diferente al de Granada y Sevilla.
-¿Qué opinan las empresas, administraciones y organismos que apoyaban la candidatura a campus de excelencia?
-Me he puesto en contacto con los miembros de la delegación que viajó con nosotros a Madrid y el sentimiento colectivo es de decepción.
