El escritor cordobés Joaquín Pérez Azaustre se alzó ayer con la novena edición del Premio de Novela Fernando Quiñones con la obra La suite de Manolete, mientras que Empar Fernández Gómez resultó finalista con la novela El loco de las muñecas, según hizo público ayer el jurado.
La novena edición del premio Fernando Quiñones tiene una dotación económica de 30.000 euros para la obra ganadora y de 6.000 euros para la finalista, y ambas, que serán publicadas por Alianza Editorial, se impusieron al más del centenar de obras que se han presentado en esta edición, una cifra similar a las anteriores.
El jurado del premio destacó en rueda de prensa la gran calidad de la obra ganadora, que entremezcla la biografía de Manolete con la ficción y cuenta con una estructura fluida y una calidad muy apreciable, mientras que de la finalista subrayó que se trata de una novela urbana con un punto de partida "muy sugerente" y con momentos "muy perturbadores que gustarán a todos lo lectores". La suite de Manolete, según el escritor Raúl Guerra, integrante del jurado, es una novela sobre "el mito por excelencia del matador de toros" que se lee "muy fácilmente" y "mitifica" la figura del protagonista.
Por su parte, la ganadora de la anterior edición, Juana Salabert, destacó la juventud del autor y su "gran talento como novelista, con influencia de los diálogos de Heminway", reflejado en una obra que gustará, en su opinión, "por igual a los taurinos que a los antitaurinos". Otro de los miembros del jurado, el escritor y periodista Jesús Vigorra, indicó que el premio ha sido "muy limpio" y celebró que haya novelas "al margen de los templarios, como las que se venden ahora en todas las librerías, con grandes misterios a resolver".
