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José Bretón mantiene su versión del parque y le dice a su abogado que "no cambiará ni una sola coma"

Le dice a su abogado que "no cambiará ni una sola coma"

el 07 sep 2012 / 08:53 h.

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José Bretón, el padre de Ruth y José, mantiene su versión de que  perdió a sus hijos en el Parque Cruz Conde de Córdoba la tarde del 8  de octubre de 2011 y ha dicho a su abogado que "no va a cambiar ni  una sola coma de sus declaraciones, ni van a salir de su boca  confesiones de hechos que él no ha cometido jamás", después de que el  juez le imputa ahora la supuesta comisión de dos delitos de asesinato   con alevosía y la agravante de parentesco.

Así lo ha destacado a los periodistas este viernes el letrado de  Bretón, José María Sánchez de Puerta, tras visitar a su cliente en el  Centro Penitenciario de Alcolea (Córdoba) durante algo más de una  hora.

En este sentido, el abogado ha comentado que Bretón mantiene una  actitud "totalmente idéntica a la que ha prestado desde el primer  momento", aún así, Sánchez de Puerta le está "haciendo ver las  contradicciones que pueden existir y los informes", un total de tres  que desvelan que los restos óseos de la hoguera de la finca de Las  Quemadillas son de humanos, pese a un primer informe que concluía que  eran de animales.

Así, Bretón, según su abogado, "se atiene a las declaraciones que  ha prestado con anterioridad". Además, Sánchez de Puerta le ha dado  los informes técnicos y le ha dicho que "se los estudie muy bien y ya  preparará la declaración" de la tarde del próximo miércoles 12 de  septiembre.

Al respecto, el letrado del padre de los niños estudia seguir su  nueva línea de defensa solicitando un informe psiquiátrico sobre  Bretón, entre otras pruebas, que pedirá después de que el juez haya  levantado ya parcialmente el secreto de sumario, decretado la semana  pasada.

"UN AUTENTICO HORNO"

En el auto, el juez argumenta que Bretón, "tras matar a sus dos  hijos, lo más probablemente al llegar a la parcela", en Las  Quemadillas, y sin que se pueda establecer la forma en la que lo  hizo, "trató de hacer desaparecer sus cadáveres quemándolos en lo que  diseñó como un auténtico horno o pira funeraria", sobre "un fondo de  leña de olivo en forma más o menos rectangular", en la que  supuestamente colocó "los cuerpos de los dos menores". Algo que,  según el togado, está "demostrado empíricamente".

Asimismo, relata que "los cuerpos estarían posiblemente cubiertos  por una sábana o cortinas de las que no se encontraron en los  registros; muy probablemente José vertería importantes cantidades de  gasoil sobre los cuerpos o sobre la leña, con miras a conseguir que  la hoguera alcanzara elevadísimas temperaturas durante un prolongado  espacio de tiempo". Cabe destacar que los agentes comprobaron en la  investigación que Bretón compró unos 140 litros de gasoil antes de  acudir a Córdoba el 7 de octubre.

Posteriormente, "sobre la pira, José colocaría la estructura  metálica de mesa de forma rectangular que se encontró junto a la  hoguera en el primer registro", y agrega que "la mesa serviría de  parapeto, sobre el que posiblemente descansaría una especie de  plancha o montículos que hicieran concentrar aún más el calor", con  el fin de actuar, en palabras del juez, como si fuera "un horno".

Cuando Bretón calculó que "la incineración pudiera haber tenido  finalmente lugar (el volumen de la ceniza y la existencia de ascuas  impediría un análisis concienzudo) retiraría la mesa y el material  utilizado de parapeto, consiguiendo de este modo, posiblemente con la  ayuda de ropas sintéticas o simplemente por oxigenación provocada por  la retirada de obstáculos, o manipulación de ascuas, que la llama se  avivara en el entorno de las 17,14 horas". Precisamente, los técnicos  del Infoca alertaron sobre esa hora de una columna de humo,  procedente de la zona de la finca.

Al hilo de ello, el juez en su nuevo auto ha reclamado entre otras  actuaciones que la Delegación Provincial de Agricultura, Pesca y  Medio Ambiente de la Junta emita un dictamen sobre la forma en la que  pudo haberse producido la combustión de la hoguera, se explique la  posible causa de que no se constatara su presencia por el Infoca  hasta las 17,15 horas y los medios empleados para ello, el tiempo  previsible y el grado de temperatura de la misma.

EL REGIMEN ANTISUICIDIO

Mientras, Bretón permanece en el Centro Penitenciario de Alcolea,  donde "se le sigue aplicando el régimen antisuicidio", como recuerda  su abogado, y añade que el juez le ha comentado que "con las últimas  pruebas tan contundentes podría correr peligro la vida de Bretón".

Fuentes de Instituciones Penitenciarias detallan a Europa Press  que Bretón "nunca" ha dejado de tener dicho régimen, aunque en  algunas fechas se "flexibilizó" la seguridad, pero al tiempo se  incrementaron teniendo en cuenta algunos incidentes, como el hecho de  que se intentara autolesionar con una cuchilla en el antebrazo.

En concreto, Bretón cuenta con el acompañamiento continuo de un  preso, que vigila y se turna con otros; además de las medidas de  autoprotección y protección del resto de reclusos, para evitar  incidentes.

EN BUSCA DEL ADN

Por su parte, los agentes de la Unidad de Delincuencia  Especializada y Violenta (UDEV) han recogido tierra de las  inmediaciones de la hoguera, en la que se hallaron los restos óseos,  que se analizan en estos momentos para comprobar si en realidad  corresponden con los de los dos niños desaparecidos.

En concreto, los especialistas del Instituto Nacional de  Toxicología y Ciencias Forenses han pedido estas muestras para  intentar analizar las diferencias entre los sedimentos recogidos la  semana pasada dentro de la hoguera y compararlos con los de los  alrededores. Dicho instituto es el encargado de elaborar los dos  informes solicitados por el magistrado del caso. El primero de ellos  ya ha determinado que son restos humanos, y en el segundo, se trata  de extraer el ADN.

Este trabajo ha contado con una dificultad añadida debido a que,  como señalaban los informes realizados hasta la fecha, los restos  fueron extraídos de una hoguera en la que se aplicó una plancha  metálica que elevó la temperatura de las llamas a entre 650 y 800  grados. A esa temperatura es difícil conservar muestras de ADN.

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