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José Camacho Bonilla, el descubridor de David Sánchez

El exdirector deportivo del Nervión recuerda cómo fueron los inicios del técnico del Écija. ‘Aterrizó’ en Piscinas Sevilla en 2011.

el 08 dic 2013 / 08:44 h.

IMG_4811 José Camacho posa en un parque público de la capital. Foto: Bernardo Ruiz. José Camacho Bonilla (Sevilla, 26 de julio de 1957) es uno de los tipos más carismáticos del fútbol base hispalense. Su voz templada y sus gestos espontáneos conceden un halo de naturalidad a la entrevista. En uno de los centros neurálgicos de la Barriada de Las Naciones y con una tapa de gambas al ajillo de decoración, esta enciclopedia del balompié provincial analiza las claves del fichaje de David Sánchez Marín por el Écija Balompié. Él fue su descubridor cuando la AD Nervión, la entidad en la que ejercía de director deportivo en el verano de 2011, buscaba un técnico para el Andaluza Infantil. “Era pretemporada cuando Dani Barneto -ahora en el Altair- se fue al Sevilla. En aquel momento me acordé de David. Su llegada trajo cierta polémica, no por la directiva, sino por el entorno, pero pronto se calmó todo. Convenció a todo el mundo con su trabajo y los resultados”, recuerda con nitidez tres años después. Camacho, que ya dirigió a Sánchez en Los Pitufos FS, define al flamante preparador astigitano de forma elocuente. “Yo muchas veces, y salvando las distancias, le encuentro parecido con Joaquín Caparrós”, apunta. “Vive los partidos una barbaridad y a su trabajo le dedica 25 horas al día”, ensalza. Este exportero del San Jerónimo, su hogar, y el Cash Barea, con el que militó en la entonces Segunda División del fútbol sala nacional, pide “paciencia” a la afición del Écija. “Entiendo que sea el tercer club de la provincia, pero a la gente le pediría que le dejara trabajar”, añade en tono de voz conciliador. David Sánchez se crio en la Barriada de Monteflor, un lugar en el que muchos de sus amigos de la infancia brindan por su fichaje. “Aquí le conoce todo el mundo y a la gente le ha hecho ilusión”, comenta Camacho. “Al final sí es verdad que lo único que importa es que la pelotita entre”, admite. En Piscinas Sevilla aún se pellizcan para creer el aterrizaje de uno de sus mejores valores en el fútbol semiprofesional, una hazaña mayúscula en la que, sin duda alguna, influyó aquella decisión de alto riesgo que adoptó su descubridor en el ya lejano 2011. “Ojalá que esta salga igual de bien que aquella”, vaticina. Mañana se pulsará el botón de reseteo.

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