-En asuntos de diseño no hay mayor fracaso que la indiferencia. La portada tiene sus detractores y sus defensores casi al 50%. Ése es el éxito del diseño.
-Esta portada, no sé si por vanguardista, ha tenido mucha mayor repercusión que la del Costurero de la Reina, con la que usted ganó en 2008.
-Es cierto. En mi blog y a través del facebook han llegado comentarios de portugueses, brasileños, americanos, franceses... Ha sido algo espectacular. Y todavía no ha terminado el proceso.
-Rosamar Prieto-Castro la ha calificado de polémica y rompedora. ¿Usted qué apellido le pondría a su portada?
-Yo le pondría... espectacular. Es la portada más rompedora que ha presidido una Feria. Espectacular será cuando se ilumine y salga al día siguiente en la portada de los periódicos. Ésa será la foto colofón de esta portada.
-¿Se ha tenido que modificar mucho el proyecto original?
-La única modificación es que se presentó el NO&DO con letras mayúsculas. Para evitar el efecto espejo, se solucionó poniendo las letras en minúscula.
-¿La nueva Asunción peatonal beneficia la vistosidad de la portada?
-No es lo mismo ver la portada desde una acera que desde el centro de la calle. Ese primer plano de los naranjos con la portada detrás le va a dar un cierto valor tanto a la calle como a la portada en sí.
-¿En qué debemos fijarnos en la portada? ¿Encubre algún detalle de autor?
-Me quedaría con el contenido que esconde: el escudo de Tablada, los caracoles, los 100 años del primer vuelo sobre Sevilla incrustados en su diseño, el NO&DO... Si se explica toda su simbología, la gente entenderá mejor de qué va este año la portada.
-¿Podría ser éste el primer paso para cambiar las bases del concurso y abrir el diseño de la portada a ideas más innovadoras, más allá de su inspiración en edificios históricos de la ciudad?
-Creo que sí. La del Costurero de la Reina era un edificio levantado en la Feria y no al revés, mientras que a ésta le pasa lo contrario, es una escultura levantada en la Feria. Quizás la más grande levantada en la ciudad de Sevilla, pero es una escultura.
-¿Pero apuesta o no por abrir horizontes nuevos?
-Una vez que se rompe la línea tradicional de las portadas, ya al año siguiente los ojos del sevillano de a pie se hacen al diseño. Podían quedar portadas preciosas sin basarnos en los edificios. Yo aprovecharía ambas posibilidades: haría motivos de diseño en años puntuales para darle ese carácter desde el punto de vista artístico y seguiría, a lo mejor, con la línea de los edificios históricos para otros momentos. No están reñidas una cosa con la otra.
-¿De la Feria actual, a qué le metería usted el lápiz?
-Haría las casetas más abiertas. Vengo de un pueblo, Mairena del Alcor, donde se celebra la feria más antigua de Andalucía, y allí el 50% de las casetas son de libre entrada. No digo que la Feria de Sevilla sea cerrada, pero hay ciertas barreras para que la gente que viene de fuera pueda disfrutarla como el sevillano la disfruta.
-¿Usted tiene dificultades para vivir las casetas por dentro?
-A raíz de las portadas no, pero cuando era anónimo sí.
-Por experiencia, ¿cómo vive el momento del alumbrado?
-Me gusta mezclarme con los técnicos, con los que te llevas cuatro meses trabajando. Es un orgullo inmenso, no ya sólo el día del alumbrado, sino cuando pasas como un sevillano más bajo la portada y ves que no hay minuto que no haya un mínimo de 20 personas sacándole fotos.
-¿Dónde ve mejor la Feria del futuro, en el Charco de la Pava o en Tablada?
-Me gusta donde está. Es cierto que al vecino de los Remedios se le para la vida durante una semana, afectándole a su descanso, al tráfico... ¿Por qué razón no la movería? Se están viviendo momentos muy difíciles, las Ferias cada día están más vacías. Si te la llevas a un sitio más grande, la feria se verá más vacía, y una Feria vacía es lo más triste del mundo. Ésta tiene el espacio justo y necesario.
