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José María Cabeza deja la dirección del Alcázar

El Real Alcázar tendrá que buscarse a un nuevo director, pero no a un conservador, ya que José María Cabeza, que desde 1990 ha aglutinado ambos cargos en su persona, decidió ratificar su dimisión pero mantenerse vinculado, por petición expresa del alcaide y del propio alcalde como conservador del palacio y de las Casas Consistoriales.

el 15 sep 2009 / 05:12 h.

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El Real Alcázar tendrá que buscarse a un nuevo director, pero no a un conservador, ya que José María Cabeza, que desde 1990 ha aglutinado ambos cargos en su persona, decidió ratificar su dimisión pero mantenerse vinculado, por petición expresa del alcaide, Antonio Rodríguez Galindo, y del propio alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, como conservador del palacio y de las Casas Consistoriales.

A este acuerdo se llegó luego de la reunión que Galindo mantuvo con Cabeza, en la que el segundo le volvió a hacer constar que su ciclo en el Alcázar había concluido, al menos tal y como lo ha desempeñado durante los últimos 18 años.

Las fortísimas tensiones que le ha generado la negociación con los sindicatos del convenio colectivo, más una serie de desencuentros muy discretamente sobrellevados con el alcaide -y que siempre negará- han acabado por hacer mella en su ánimo. Y ello, como se dice, pese a que Galindo ha primado la valía de Cabeza y expresamente le ha insistido al alcalde en arbitrar una fórmula que posibilite que éste no se desvincule del todo de dos de los monumentos más señeros de la ciudad.

"Por el patrimonio". Es en este punto en el que se logró el consenso necesario para que Cabeza siga pero a medias, es decir, como realmente le gusta: como tutelador de ese patrimonio excelso; y, sobre todo, al margen de Galindo, con el parapeto que le brinda el tener de antiguo una plaza de arquitecto técnico municipal, a la que regresará cuando, en unos tres meses, se haga efectiva su baja en el Alcázar.

De hecho, el todavía director conservador del conjunto pasará a depender del área de Presidencia, es decir, del negociado de Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, no teniendo ya por qué responder ante el alcaide. Y más aún, su interlocutor/a desde entonces será la nueva persona que asuma la dirección del Alcázar y las Casas Consistoriales, cargo que tendrá que ser elegido por el alcalde y consensuado en el Patronato del Alcázar.

En este nuevo escenario laboral que se le abre a Cabeza, que en cierto modo es el mismo pero sin los afanes de la gestión del personal, los que menos se resentirán serán los monumentos. "Ningún patrimonio puede estar sujeto a cambios traumáticos; sería imperdonable. La Historia no nos lo perdonaría", afirmaba Cabeza para justificar su medio marcha del conjunto. "No habrá corte, todo seguirá igual en lo que a mantenimiento del patrimonio se refiere; las líneas están trazadas y claras y, por el bien del patrimonio, no podía irme dando un portazo".

Y ya puestos, recuerda que Romero Murube, director-conservador del Alcázar durante 35 años, también ejerció igual, "porque quien realmente supervisaba las obras era Juan Talavera, el arquitecto municipal de entonces".

Amenaza de huelga. Los sindicatos valoraron positivamente el cambio de rumbo. "Es una solución muy acertada, porque lo que queremos es diálogo, y con Cabeza no lo había, lo que no quita para que reconozcamos que es un gran profesional que merece seguir como conservador", dicen. El lunes decidirán si renuncian a la huelga convocada para el martes o no a la vista del nuevo escenario creado.

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