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Cultura

José Tomás pasea una oreja en la tarde de su reaparición

José Tomás, que reaparecía tras la grave cogida que sufrió hace poco más de un mes en Madrid, cortó una oreja ayer en su reaparición en Santander, donde colgó el cartel de 'no hay billetes'. Francisco Marco también paseó un trofeo en tono menor y Manolo Sánchez fue ovacionado.

el 15 sep 2009 / 08:34 h.

José Tomás, que reaparecía tras la grave cogida que sufrió hace poco más de un mes en Madrid, cortó una oreja ayer en su reaparición en Santander, donde colgó el cartel de 'no hay billetes'. Francisco Marco también paseó un trofeo en tono menor y Manolo Sánchez fue ovacionado.

Tomás, que no realizó ningún quite al primero de la tarde, salió muy decidido con el segundo del festejo, al que toreó con temple y buen son a la verónica para realizar, posteriormente, un quite de chicuelinas cuya principal virtud fue la quietud. El toro de Victoriano permaneció mucho tiempo en el peto del caballo, aunque apenas lo picaron, y llegó a la muleta muy parado y embistiendo sin complicaciones, según informa la web Burladero.es.

En líneas generales, a la faena le faltó ligazón ya que el toro no lo permitía, por lo que José Tomás optó por citar en corto para aprovechar la embestida del toro. Molesto por el viento, el de Galapagar tragó mucho, dejando siempre la muleta muy bien colocada en la cara del animal, sin mover los pies de un palmo de terreno y sacando buenos muletazos sueltos por ambos pitones.

Lo mejor, varios naturales de mucho temple y gusto, aunque sin poder ligarlos por la mala condición del toro. El quinto fue más de lo mismo. Un toro, muy hondo, serio y cinqueño, tocado de pitones, que se demostró vacío por dentro. Sin raza, frenándose por momentos. José Tomás volvía a apretarse con el toro, muy quieto, poniéndose en el sitio aunque sin atropellar la razón.

El toro no tenía continuidad y las embestidas salían con cuentagotas no pudiendo José Tomás prender un trasteo sobrio y serio con un final que encogió a los espectadores cántabros en un ceñido epílogo por manoletinas, sonando un aviso antes de coger la espada. Una estocada algo atravesada precedió a una oreja con petición de la segunda.

También obtuvo una oreja Francisco Marco, que se llevó el mejor toro de la corrida, un animal importante de Victoriano del Río, cinqueño, encastado y noble, que se vino arriba en el último tercio. El torero navarro se vio desbordado con el capote, con un toro que esperaba y que paró el banderillero. Lo intentó luego más tarde Marco con un quite por chicuelinas, en la que estuvo a punto de ser arrollado.

Todo ello sucedía en un festejo en el que el torero Manolo Sánchez salió a saludar con el animal con el que abrió plaza, al que toreó bien tanto a la verónica como en los primeros muletazos, destacando un gran cambio de manos. Sin embargo, todo ello bajó de tono según avanzaban los minutos ya que comenzó a torear en línea y sin apreturas. Con el cuarto, anduvo menos que discreto.

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