Cultura

José Tomás sale a hombros tras una gran tarde de toros

El torero madrileño José Tomás cortó dos orejas, una a cada ejemplar de su lote, y salió a hombros en el noveno festejo de las Fallas, tras protagonizar dos faenas muy distintas a ejemplares de Núñez del Cuvillo de comportamiento diferente, aunque ambas se centraron en el toreo de verdad, el temple y la quietud, informa burladero.com.

el 16 sep 2009 / 00:03 h.

El torero madrileño José Tomás cortó dos orejas, una a cada ejemplar de su lote, y salió a hombros en el noveno festejo de las Fallas, tras protagonizar dos faenas muy distintas a ejemplares de Núñez del Cuvillo de comportamiento diferente, aunque ambas se centraron en el toreo de verdad, el temple y la quietud, informa burladero.com.

El toro segundo estaba flojo y se devolvió a los corrales, corriendo turno. Fue el reseñado para quinto un ejemplar importante, alegre, con movilidad, clase y son, y José Tomás lo entendió a la perfección. Entregado desde el inicio de capa, la faena arrancó en los medios con varios estatuarios que dejaron helada la plaza de Valencia por su cercanía y quietud.

Después la faena llegó a un nivel muy alto en series por ambas manos, las primeras con el toro más en línea, alargando el viaje y encelándolo; y las posteriores al natural de toreo grande, ligado, abriendo el compás, echando los vuelos y jugando la cintura. Cerró José Tomás la faena tirando del de Cuvillo, que perdió algo de recorrido, pero no intensidad su labor. Un pinchazo y una estocada precedieron al corte de una oreja, que pudieron ser dos de no fallar con los aceros.

El quinto (sobrero) fue un ejemplar de embestida descompuesta y no siempre franca, aunque tuvo la virtud de la movilidad. Bien de capote, José Tomás brindó la faena a Paco Camino y comenzó entonces una labor de menos a más, que tuvo un comienzo intenso con los cambios de mano y cerró con manoletinas de frente que arrancaron fortísimas ovaciones.

Entre medias, una labor de hacer al toro, fijándolo y dándole sitio y tiempo, llevándolo suave en los primeros compases para terminar obligándolo al natural, desengañándole y quitándole el vicio de calamochear. Con entrega y temple, llegaron entonces series de alta nota de toreo al natural. Como en el toro anterior, pinchó antes de recetar una importante estocada, por lo que sólo paseó una oreja.

Sebastián Castella llegó mucho a los tendidos con el tercero, un ejemplar con clase pero bajo de raza, con el que protagonizó una faena de menos a más, algo frío en los primeros compases, y explosivo en el toreo de cercanías final, que condensó un ramillete de circulares, penduleos y ochos. Sin embargo, el fallo a espadas (una estocada baja que provocó vómito) le impidió pasear la oreja.

Sí que la cortó del sexto, un ejemplar manejable al que le faltó humillar pero que tuvo transmisión, y con el que Castella volvió a calentar en el toreo de cercanías. Abrió faena con un péndulo y un bello cambio de mano y terminó haciendo rugir los tendidos con péndulos, circulares y ochos entre los pitones del de Cuvillo.

Javier Conde sorteó un primer ejemplar noble pero flojo, con el que el malagueño lo intentó en una labor larga pero periférica, que no terminó de conectar con los tendidos, pese a las ganas del diestro. El cuarto fue un ejemplar exigente con el que Javier Conde no terminó de confiarse, pasándolo mal a la hora de entrar a matar.

Declaraciones. El diestro madrileño José Tomás, que triunfó en el noveno festejo de Fallas, se mostró ayer muy contento con el arranque de la temporada taurina. Pese a no conceder entrevistas, el matador sí que realizó unas breves declaraciones en el callejón de la plaza de toros. "Estoy muy feliz por haber abierto la puerta grande en Valencia. Es la segunda puerta grande aquí de mi carrera. Era una plaza que se me resistía y ha sido una tarde muy importante para mí", aseguró el torero de Galapagar.

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