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Deportes

Juan Antonio Peña, un 'cerebro' de sangre azul en Arahal

Peña, flamante ‘Míster España’, es el mediocentro del Arahelense, firme aspirante al ascenso. Fue canterano bético y sevillista.

el 30 nov 2013 / 00:14 h.

IMG_4700 Juan Antonio Peña posa en el Manolo Jiménez de Arahal. Foto: Bernardo Ruiz. Juan Antonio Peña Jiménez es el rostro más popular de Arahal. Su nombre se ha propagado a la velocidad de la luz por las calles del municipio y su anonimato es ya una historia del pasado. Ahora es el flamante Míster España, título con el que fue coronado el domingo en Herencia (Ciudad Real). Habla con calma, sonríe con naturalidad y, con un gesto afable, posa con una de sus pasiones, la camiseta del recién fundado Arahelense, el club que ha brotado tras la desaparición del Arahal y gracias al que se calza las botas cada 7 días en los inhóspitos campos de Segunda Provincial. “Hoy -ayer para el lector- vuelvo a entrenar. Ya tengo ganas de empezar otra vez”, relata con los ojos vidriosos de sinceridad en el Manolo Jiménez, el semillero del que emigró cuando era un zagal para enrolarse en la cantera del Sevilla. “Allí estuve cuatro años”, recuerda con nostalgia. “También jugué en el Betis una temporada, pero soy sevillista, eso déjalo claro”, apunta con sorna. Estudiante, modelo y futbolista, Juan Antonio es uno de los mediocentros del conjunto albiazul, que pugna por retornar en el menor tiempo posible a Primera Provincial. “Es el objetivo”, espeta sin vacilar. “En el equipo hay gente veterana como Uriel y Tiberio que nos animan y nos dicen que queda mucha Liga”, apunta mientras clava su mirada en la grada. “Este año me llamaron para volver y no me lo pensé”, rescata del olvido. Hijo de uno de los impulsores del balonmano en Arahal y futuro administrativo, Peña expone cómo fue su periplo hasta alcanzar el título de Míster España. “Mi familia me animó para que me apuntara a un certamen de belleza que se organizaba en el pueblo y lo gané. Luego llegué a la gala de Sevilla y también quedé primero... Y así hasta el domingo”, enumera con el rostro preso de la felicidad. Con 22 años y mil experiencias de adolescente en la mochila, el tipo con el físico más valorado del pellejo nacional ya no es el simpático de la pandilla. Es uno de los focos de actualidad y el reclamo para las chicas del pueblo, que susurran entre ellas cuando aparece por la calle. Es Míster España. Antes, hace sólo unos días, era sólo uno de los miles de jóvenes que se baten el cobre en el torneo más auténtico, la Segunda Provincial.

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