-La situación económica es estable, pero el problema es estructural. Faltan liquidez, ingresos y estructuras, que no las hay. En lo que va de legislatura hemos pagado a proveedores, pero también tenemos problemas como los cortes de luz, con una empresa que nos sigue presionando por la deuda...
-¿Qué tipo de medidas están adoptando?
-Lo primero que hizo el equipo de gobierno fue bajarse el sueldo, y se han intentado bajar todos los gastos. De cada 100 euros que gastaba la corporación anterior, ahora se gastan 40, lo que supone un ahorro del 60%.
-Fueron los primeros que optaron por la drástica medida de eliminar la feria...
-Quitar la feria es un ahorro grandísimo. No podemos permitirnos el lujo de gastarnos ahora mismo lo que cuesta. También los talleres municipales se han hecho a coste cero y estamos revisando todas las tasas y ordenanzas, calculadas con el Organismo Provincial de Asistencia Económica y Fiscal (Opaef).
-¿Cuál sería el resumen de la situación que encontró al empezar el mandato?
-Cuando entramos la situación era de quiebra, lo sería en cualquier empresa. Porque se había gastado el dinero a diestro y siniestro. El despilfarro llevó a una situación límite, creyendo que la construcción iba a durar toda la vida. Esta falta de liquidez, ingresos y estructuras puede hacer que esto se venga abajo en un momento dado.
-¿No ha pasado el peligro?
-La situación es grave, y aunque se ha conseguido cierta estabilidad, hay que seguir mirando esa posibilidad. Con las medidas adoptadas hemos equilibrado las cuentas y mantenido la plantilla y los servicios, pero sin financiación, sin ingresos, año tras año acumulamos deuda, lo que hace inviable que esto pueda seguir adelante a pesar de que se están haciendo los deberes.
-¿Qué papel jugará el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en el intento de recuperación en marcha?
-Va a traer la construcción de 1.000 viviendas en ocho años, que se recogen en una de las nuevas áreas de oportunidad. La otra es el proyecto, ambicioso, de crear un parque empresarial, sostenible y que mire de cara al río. Hasta ahora tiene el firme apoyo de las instituciones y es la opción de futuro de Palomares del Río. Generará empleo e ingresos. Ésta es la salida.
-La empresa municipal Emdespal también atraviesa también momentos delicados.
-La cogimos con 3,4 millones de euros de déficit, y la hemos saneado, pero está tocada y hay que darle una solución. Hay que tomar decisiones. Nuestra idea es mantener los puestos de trabajo que se puedan.
-¿Cómo digiere un alcalde un momento como el actual? ¿Se miran con envidia tiempos pasados de bonanza?
-Para un político esta situación es mortal de necesidad, pero hay que apostar por sacarla adelante y no puedo echar de menos otras. El trabajo es desolador, sin tener un duro e intentando llegar siempre hasta el final. Cómo le puede ilusionar a un alcalde estar todo el día pensando cómo pagar. Pero es el compromiso adquirido con la ciudadanía, y lo haré hasta que se pueda... Este escenario de crisis es nuevo para todos, y no me siento solo, ni desamparado, por las instituciones.
-¿Qué cree que se aprende de esta crisis?
-Que no se puede malgastar, gestionando mal como se ha hecho hasta ahora. Este zamarreón de la economía nos ha puesto en nuestro sitio. Vivíamos en un país de fantasía. Hay que homologar los sueldos, a empleados públicos y sobre todo a gobernantes, porque es increíble que un alcalde pueda cobrar más que un presidente del gobierno, esto no puede ser.