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Juan Perro ofreció un concierto único en el Lope de Vega

el 25 ene 2013 / 08:42 h.

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Por primera vez, y ojalá que sirva de precedente, el Teatro Lope de Vega nos ofreció el pasado martes un concierto único de Juan Perro, el heterónimo adoptado por Santiago Auserón para impregnarse de las músicas populares de procedencia afrolatina, como el son cubano. Pero como el mismo artista ha reconocido, sus raíces musicales son el blues y el jazz y en su último disco Río Negro, ha vuelto a sus orígenes. Este concierto dio buena cuenta de ello.

Juan Perro apareció en escena con la guitarra colgada al hombro, vestido con un traje color granate y un sombrero negro, delimitando una imagen que refrenda el espíritu mestizo del proyecto, un dúo de guitarras acústica y voces que conforma una obra abierta, de ahí su título: 'Casa en el aire'. Y es que según Santiago, más que un recital al uso se trata de conformar un espectáculo en el que el público tenga un papel activo. Para ello, entre canción y canción se dirige directamente al espectador para, como si de una tertulia se tratara, dar rienda suelta a su espíritu crítico y al humor negro que le caracteriza. De paso aprovecha para rendir homenaje a algunos artistas que considera sus maestros, como Joe Strummer, el líder del mítico grupo punk 'The Clash'; o como Silvio Rodríguez, a quien le dedicó el tema 'Obstinado en mi Error', de su disco Huella Sonora; o Compay Segundo, a quien le dedicó 'El Carro', una de las más hermosas canciones de su disco Cantares de Vela. Y por supuesto Louis Armstrong, uno de sus primeros referentes.

Tal vez por eso ha contado para este proyecto con el acompañamiento del compositor y guitarrista catalán, Joan Vinyals, cuyo toque repleto de virtuosismo eleva el tono de del recital a la categoría de lo sublime mientras mantiene un certero dialogo musical con el cantante, de quien cabe resaltar la forma en la que versiona sus propias canciones, demostrando un encomiable dominio de la voz y el ritmo. Un poderío que le llevó incluso a prescindir del micrófono para, como hacen los flamencos, cantarnos uno de los temas más emotivos de su repertorio 'No más lágrimas' de pie y al filo del escenario.

Tras esa canción Juan Perro volvió a la postura sentada, que había mantenido junto a Vinyals desde el principio, para continuar adentrándose en su último disco con temas como 'Malasaña', 'Reina Zulú', 'Los girasoles robados', 'La nave estelar' o 'Poco talento'. A esas alturas, tras casi dos horas de concierto el público, completamente entregado, no paraba de acompañar al cantante batiendo sus palmas o incluso tocando los palillos a compás de blues. Y entonces Santiago decidió hacernos partícipes del estudio que le ha llevado a escribir un libro. Se trata de un trabajo de investigación sobre la influencia musical que ejercieron los esclavos africanos que vivieron en Servilla durante la Edad Media. El proyecto se titula 'Zarabanda'.

Para mostrarnos una parte de sus conclusiones subió a escena Raúl Rodríguez quien elevó la temperatura de la sala con su tres cubano y su ritmo caribeño. Aunque todavía nos quedaba disfrutar de otra sorpresa que llegó al final, cuando Santiago convocó a Raimundo Amador para brindarnos el único tema de 'Radio Futura' que se atrevió a tocar: 'Semilla Negra'. A partir de ahí los cuatro músicos se dejaron llevar por el ritmo cálido y desenfrenado de algunas canciones que definieron el estilo de Juan Perro, como 'La fonda de Dolores' o 'Perla Oscura'. Y la música improvisada nos cogió de la mano hasta llevarnos hacia ese lugar abstracto, aunque conocido por todos, donde prima la emoción y el disfrute colectivo.

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