El poeta granadino Luis García Montero destacó ayer que la obra de Juan Ramón Jiménez "es un ejemplo de estética y también de ética, algo muy importante en los tiempos que corren".
En declaraciones a los periodistas antes de participar en una lectura continuada de poemas de Juan Ramón Jiménez que se desarrolló en la Diputación de Huelva, dentro de los actos de celebración del Trienio Zenobia-Juan Ramón Jiménez 2006-2008, García Montero resaltó que "el rigor estético del Nobel fue siempre una actitud ética de ciudadano".
En opinión de este literato, "se dedicó a la poesía con el máximo rigor porque la poesía era su oficio y creía que comprometerse con la sociedad era hacer bien un oficio".
Para el escritor, la evolución de la poesía de Juan Ramón Jiménez desde el simbolismo hasta la metafísica última fue "el empeño de alguien que quería controlarse por dentro" y su lección de ética constante fue "la de avisarnos de que hay que crecer pero interiormente".
En este sentido, ha precisado que el Nobel pensaba que las ciudades y los seres humanos "más que crecer especulativamente devorando el paisaje o extendiéndose en horizontal tienen que aprender a crecer espiritualmente por dentro".
Por eso, ha concluido, su poesía "fue la de la conciencia y me parece que es uno de los ejemplos más útiles para los ciudadanos que estamos empezando a vivir el siglo XXI".
La Diputación de Huelva ha apostado decididamente por homenajear a Zenobia y a Juan Ramón Jiménez entre 2006 y 2008, conmemoración de los cincuentenarios de sus muertes. Han colaborado multitud de instituciones, como la Consejería de Cultura, el Ministerio del ramo o la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales.
