En octubre de 2009 se cumple un año desde que el Grupo de Teatro Comunitario de Alcalá de Guadaíra comenzara a teñir las calles de arte. Hoy, el grupo está formado por más de 70 personas de todas las generaciones. Jubilados y niños, obreros, estudiantes y comerciantes se han reunido para protagonizar una experiencia pionera en el país.
Así, entre música, malabares, audiovisuales y declamaciones, estos aficionados al teatro se han unido por primera vez en una fórmula teatral que involucra a hombres y mujeres de Alcalá uniendo a varias generaciones de ciudadanos: los más pequeños no superan los seis años mientras que los mayores están cerca de los 80.
Se trata de la obra Fuimos, somos una reflexión acerca de la transformación que han experimentado las mujeres en su forma de vida. La directora, Mariana González, cuenta que "es impresionante ver como resuelven en escena esa diferencia intergeneracional: el adolescente se relaciona con el anciano, y todos aprenden de todos". Además trabajan con problemáticas sociales de su barrio o localidad, no sobre obras de teatro ya escritas, ya que si algo tiene de particular este grupo es que son ellos mismos quienes hacen una búsqueda de sus raíces recuperando la memoria de las vidas e historias de sus abuelas, que ellos, como actores, encarnan en escena.
El primero de los espectáculos se estrenó el día 13. La obra buscaba contar vivencias de los personajes saliendo de los cauces normales. Así, se escenificaron desde canciones tradicionales hasta juegos y audiovisuales con imágenes antiguas de Alcalá.
La experiencia fue reveladora para los vecinos y espectadores que se emocionaban al reconocer sus propias historias y vivencias. "No pude evitar llorar al ver que mi hija, sentada entre el público, se emocionaba", indica Sole Martínez, una de las actrices noveles que cuenta con interés como sus hijos han podido ver cómo se vivía en aquellos tiempos, tanto "los paseos por la calle La Mina, lo estricto que eran los padres y la llegada de los pretendientes".
Hubo un momento muy emotivo cuando un grupo de jóvenes descubre un tocadiscos y ni siquiera saben cómo se usa. Es una abuela, una alcalareña de 77 años, quien enseña a su nieto cómo funciona. La escena de ambos bailando fue de las más aplaudidas.
Este año el grupo de teatro ha trabajado duro y presenta además un segundo montaje. El fin de semana tomará las calles de la ciudad con La vigilia del dragón, un espectáculo de teatro de calle en honor al único puente figurativo de toda Europa y símbolo de la ciudad: el puente del dragón.
