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Judería viva

el 18 dic 2010 / 07:48 h.

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Belén de playmóvil en el centro cívico Las Sirenas.

Por décimo año consecutivo, la gran fiesta navideña del barrio de Santa Cruz regresa hoy a las calles más bellas y sugerentes de Sevilla. No es exactamente un belén viviente, aunque lo parezca de algún modo; son Las Posadas, un paseo animadísimo de San José y la Virgen María, con burrito incluido, en busca de alojamiento para el inminente nacimiento del Niño Jesús. Y como resulta que en Santa Cruz hay un montón de pensiones y no cabe descartar que en alguna de ellas se chapurree el arameo, el hebreo y hasta el latín, allá que lo recorrerán de cabo a rabo partiendo de la linde entre los Jardines de Murillo y el parking de Cano y Cueto. Si la meteorología lo permite, claro, porque este delicioso espectáculo (y popularísmo: no vea usted la de vecinos que se apuntan con sus panderetas y villancicos), que suele gozar de tiempo espléndido, anda hoy bajo la dramática advertencia de un tiempo de perros lobos.

Aquí, como se ha dicho, participa el vecindario en general: organiza la asociación del barrio y colaboran con ella los comerciantes, los bares de la zona y la Obra Social de Cajasol. De modo que a las once del mediodía, hora prevista para el inicio de este espectáculo entrañable, es de prever que esté aquello igual de rebosante que siempre en materia de presencia humana, que es lo suyo.Fíjese en la comitiva de chiquillos vestidos de pastorcitos que van detrás del borriquillo. Desde algunas casas (suelen hacerlo desde el Consulado de Francia, por ejemplo), la gente les arroja caramelos y dulces, en una especie de Cabalgata de Reyes pero al revés. Con esa atmósfera y en ese espíritu puro navideño, más rústico que urbano y de lo más auténtico, transcurre un fenómeno que tiene otra faceta igual de atractiva: el mercadillo.

Aquí colaboran los mismos y se celebra en el claustro de los padres filipenses de la calle Estrella, una iniciativa que tiene como objetivo recaudar fondos para la restauración del claustro del convento de las Teresas. En este mercadillo hay un poco de todo; las mercancías que lo colman han sido aportadas también por los particulares, los tenderos y comerciantes del barrio y Cajasol, de modo que el surtido difícilmente podría ser más variado: chacinas y otros productos de alimentación, ropa y complementos del vestir, decoración, pinturas, cosméticos y juguetes.

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