Sombreros de ala ancha para fanáticos japoneses del flamenco, elegantes para los más clásicos británicos y religiosos tradicionales para los judíos norteamericanos. Industria Sombrerera Española (Isesa) suministra desde Salteras a estos mercados, aunque la caída del dólar le hace mella.
Isesa es una de las empresas sevillanas con más tradición exportadora. Fundada en 1885, la firma tuvo que enfrentarse a la moda del sinsombrerismo de la década de los 30, lo que le obligó a mirar a nuevos mercados para no perder capacidad productiva.
"Al principio llegamos a países atípicos, como Suráfrica y las distintas colonias británicas, que utilizaban el sombrero. El gran salto se produce en los ochenta, cuando nos abrimos a Estados Unidos y, concretamente, al mercado judío, que es muy grande. Desde entonces, éste es el primer destino de nuestros sombreros", asegura el director de Isesa, Miguel García.
El peso de la exportación en la facturación de la empresa sevillana es evidente. El 80% de su producción se destina al mercado internacional y, de esta cifra, el 50% va directamente a EEUU. La situación actual, con el país más poderoso del mundo al borde de la recesión económica y con un dólar muy debilitado, no ayuda para nada al negocio de Isesa en el país.
"No sólo es negativo en este mercado, sino también en otros a los que vendemos nuestros sombreros, como Israel o Japón, donde siempre se opera con dólares", subraya García. Esta situación hace que la empresa se vea obligada a repercutir el incremento de los costes en el cliente final, "ya que se trata de un producto de calidad y artesanal, aunque no podremos mantener esta situación durante mucho tiempo", precisa el director de Isesa.
"Lo bueno que tiene el producto que fabricamos es que el cliente es fiel a él y por eso no hemos tenido muchos problemas, pero hay que plantearse nuevas fórmulas para afrontar la situación, sobre todo si sigue así", añade.
La empresa exporta a otros países europeos, como Bélgica, Alemania o los Países Bálticos, aunque el que concentra mayores ventas es el Reino Unido, un 25% del negocio que ostenta en el mercado exterior.
Uno de los países más exóticos al que Industria Sombrerera Española dirige su producción es Japón. Gracias a la afición del pueblo nipón por todo lo relacionado con el flamenco, se comercializan en ese país importantes partidas de sombreros de ala ancha, que se utilizan sobre todo en las academias que enseñan el típico baile andaluz.
La empresa sevillana, que tiene su fábrica nueva en Salteras, a la que se trasladó en 2005 desde su sede tradicional en la céntrica calle Castellar, produce de 30.000 a 35.000 sombreros al año, aunque el 40% de su negocio depende de la importación de sombreros de firmas extranjeras, que comercializa en España.
Además de la subida del dólar, la compañía sevillana se enfrenta a otro tipo de costes que han hecho mermar su facturación a lo largo de 2007. "El año pasado perdimos un poco de volumen de negocio, aunque en 2008 las cosas han vuelto a su cauce y parece que podremos cerrar el ejercicio con cifras a la altura de años anteriores", indica.
Otra de las medidas que se plantea la firma para crecer en el mercado internacional es llevar su negocio de marroquinería y cuero a otros países.