La Audiencia de Sevilla celebra mañana el juicio contra cinco acusados de vender permisos de conducir falsos y contra las 63 personas que se los compraron, que se enfrentan a una petición de condena de hasta 10 años de cárcel en el caso de los vendedores y de un año y 9 meses para los compradores.
La presunta red vendió los permisos falsos a cambio de "elevadas cantidades de dinero" y estaba dirigida por un empleado de la Jefatura Provincial de Tráfico en Sevilla, según el escrito de acusación del fiscal, al que tuvo acceso Efe.
El presunto "cerebro", identificado como M.E.O.M., trabajaba desde 1992 como peón en la Jefatura de Tráfico de Sevilla, y los otros cuatro miembros de la red eran personas que solían desarrollar gestiones en esa oficina y eran las encargadas de captar potenciales compradores.
El procedimiento ideado consistía en el canje de permisos de conducir militares o extranjeros, para lo cual M.E.O.M. se valía de su acceso a los funcionarios que manejaban las terminales de ordenadores, a los que pasaba un documento falso con un "garabato de visado".
La Fiscalía precisa en su escrito de acusación que los 63 compradores "conocían y consentían la ilicitud del procedimiento", aunque "no consta que ninguno de ellos conociera la participación de un funcionario en el procedimiento irregular".
Los permisos falsos fueron vendidos entre los años 1996 y 2000 a precios que oscilaron entre las 150.000 y 650.000 pesetas (entre 900 y 3.900 euros), según la Fiscalía.
Estos 63 compradores se sentarán en el banquillo de la Audiencia de Sevilla a partir de mañana, con una petición de la Fiscalía de un año y 9 meses de cárcel a cada uno por un delito de falsedad en documento oficial, así como una multa de 720 euros.
Para el presunto cerebro de la red, la Fiscalía solicitará 5 años por falsedad continuada, otros 5 años por un delito de cohecho continuado y dos multas de 200.000 y 2.880 euros, y para sus cómplices penas de 4 años y 8 meses y 4 años y 3 meses.
