Local

Justo Padilla se despide después de tres décadas como alcalde

"Esto es como un entierro largo". De esta manera confesó el ya ex alcalde de Guillena, Justo Padilla (PSOE), que se sentía desde que presentó su dimisión hace una semana hasta que la hizo efectiva ayer. Desde 1979 encadenaba mayorías absolutas.

el 16 sep 2009 / 03:27 h.

TAGS:

"Esto es como un entierro largo". De esta manera confesó el ya ex alcalde de Guillena, Justo Padilla (PSOE), que se sentía desde que presentó su dimisión hace una semana hasta que la hizo efectiva ayer. Desde 1979 encadenaba mayorías absolutas.

¿Se va acosado por las denuncias urbanísticas, como dicen sus enemigos, o, como defiende él, ha escogido sin presiones el momento para jubilarse? Lo cierto es que el balance a 30 años deja un pueblo mucho más avanzado en 2009 que en 1979. De este modo, en el pleno de ayer no hubo menciones a las acusaciones por haber concedido licencia para levantar naves industriales en zona verde o por haber presuntamente permitido la edificación en el paraje de Lagos del Serrano, temas ahora en los juzgados.

Le recibieron antes de entrar en el consistorio dos pancartas enormes: "Hasta siempre, compañero" y "Justo Padilla, 30 años de democracia". En el pleno de anoche, abarrotado de público y muy emotivo, el político, con 55 años, leyó su carta de despedida protegido con unas gafas de sol que no se quitó para que no se le viera llorar.

En su intervención recalcó que ya había decidido irse a mitad de mandato e insistió en que éste es el único motivo de su dimisión. También quiso tranquilizar a la población para que no tuviera "miedo al cambio". Lo ejemplificó con esta frase: "Cambia la cara que está al frente pero no varían ni los objetivos ni el compromiso con el pueblo".

El dimisionario fue aplaudido por todos los presentes, incluso la única edil del PP, mientras que los de IU se ausentaron.

En su despedida estuvo la cúpula provincial del PSOE encabezada por José Antonio Viera, además de Francisco Javier Fernández y Juan García Baena. No faltaron por supuesto su mujer, Pepi Santamaría, y sus hijas.

Los trabajadores municipales le hicieron dos regalos como recuerdo de su paso por el consistorio: un bastón de mando porque siempre lo considerarán "el alcalde del pueblo", en palabras de Manolo Buiza, y una placa con la leyenda "Justo Padilla, 30 años al pie del cañón", entregado por su primera secretaria, Encarnación Rivero. Justo frente al salón del pleno alguien había colocado un enorme ramo de rosas rojas con el cartel "Te queremos", por lo que no faltó un detalle en esta sesión plenaria.

Pese a que el ex regidor no hizo balance, sí presumió de dejar a su sucesor solamente un 9% de paro en la población y mucho menos que la media provincial, regional y nacional, un superávit de más de un millón de euros en las arcas municipales. También le dio un consejo: "No te gastes ni un duro porque el Ayuntamiento de Guillena nunca ha tenido deudas".

Su destino ahora será trabajar desde el lunes en la Mancomunidad de la Vega, como técnico en mecánica e hidráulica de camiones. "Es un trabajo del nivel de FP, no quiero cargos ni ser un lastre para la Diputación de Sevilla ni para nadie, me voy con un contrato que no es ni fijo", sentenció con satisfacción.

Será sustituido en la alcaldía por su primer teniente de alcalde en este último mandato, Lorenzo Medina, al tiempo que entrará en el Ayuntamiento de Guillena Francisco Ciudad, concejal adjunto a la alcaldía el mandato pasado (2003-2007). En todo caso, el dimisionario deja el listón de las mayorías absolutas muy alto y sin que apenas se note el desgaste: en las últimas elecciones municipales logró nueve de 13 concejales posibles en una población que en 2008 superó la barrera de los 10.000 habitantes.

  • 1