De gacelas y leones saben mucho en Kenia. Son muchas las fábulas que recogen la batalla por la supervivencia de esas dos especies. Cuando sale el sol, la gacela despierta con la convicción que debe correr más rápido que el león para poder seguir viviendo. Pero el león también sabe que su propia existencia depende de correr más que la más débil de las gacelas para poder comer y seguir adelante. Sean leones y gacelas, tienen que correr...
El sol apenas apareció timorato durante algunos minutos en Itálica, pero desde África llegaron leones en jauría, y gacelas, sobre todo, una, Linet Masai, esbelta y elegante, elegantísima, desplazándose con sus piernas finas e interminables sobre la sabana del conjunto arqueológico como si flotara, sin esfuerzo, pero con una velocidad sólo posible para las elegidas, y la campeona del mundo de 10.000 ha nacido para hacer historia. No tuvo rival.Como un león agazapado en busca de una presa que se le resiste actuó Leonard Komon. Durante muchas apariciones de su aún incipiente carrera (cumplió el pasado día 10 de enero 22 años) el exceso de temperamento competitivo en una personalidad, por contra, muy tímida, le ha costado caro. Cuando se ha mostrado, cuando no le ha importado asumir el gasto energético que comporta mandar y romper las carreras, otros se han acabado aprovechando. Así le ocurrió en 2007 en el Mundial de Mombassa, en su país, cuando fue cuarto y perdió el bronce de la categoría júnior a manos de su compatriota Mathew Kisorio, con el que protagonizó un gran final de carrera ayer en Itálica. También lo sufrió en la carrera senior de Amán 2009, donde llegaba con el subcampeonato absoluto de 2008 en Edimburgo y se quedó, de nuevo, a un segundo de repetir podio mundialista. A Komon, nacido en Cheptais, en el distrito de Mount Elgon, en el oeste de Kenia, se le resiste la gran victoria internacional que se le intuye por su gran calidad, y parece que en Itálica ha empezado a aprender a correr para alcanzar la gloria.
Pese a la ausencia de Moses Kipsiro, al que una lesión le impidió intentar su tercer triunfo consecutivo en Itálica -triplete, no consecutivo, que sólo maneja en su palmarés el gran Kenenisa Bekele-, la carrera ofreció un nivel espectacular, la que exige el mejor cross del mundo. A diferencia de otras ocasiones, hubo más calma en los primeros kilómetros sobre un trazado en magníficas condiciones, sin barro, y que obligaba a correr mucho. Llamaba la atención que al paso por la segunda vuelta se dejaban ver al frente muchos blanquitos, como Alberto García, que el sábado fue quinto en Jaén en la Noche de San Antón, Juan Carlos Higuero o los campeones europeos con España de cross, Javier Guerra y Carles Castillejo, cuyo notable rendimiento ampliaron durante toda la carrera.Pero justo a partir del paso por meta para emprender la tercera de cuatro vueltas, Mathew Kisorio, sexto en el Mundial de Amán, impuso un tren que limpió el tren delantero de europeos. Comenzaba la verdadera carrera.
El campeón del mundo, Gebre Gebremariam, con la ausencia de última hora del oro mundial júnior, Ayele Abshero, se las veía en inferioridad ante la armada keniata, con un segundo elemento discordante, el ugandés Moses Kibet, bronce mundial júnior. Con cinco crosses ya en sus piernas y cuatro triunfos, Gebremariam pronto dio síntomas de no poder con el ritmo, pese a que era más lento -entiéndase dentro de la barbaridad de correr a 2:48 el kilómetro- que en otras ediciones, al igual que el español Alemaheyu Bezabeth, el flamante campeón de Europa, a quien también se le está haciendo ya larga la temporada invernal, después de preparar a conciencia su éxito histórico en Dublín. No fue en ningún momento alternativa y por tanto no hubo posibilidad de que un español subiese al podio 23 años después (José Manuel Abascal fue segundo tras Paul Kipkoech en 1987). Lucas Rotich y Kisorio se encargaron de aniquilar a Gebremariam y cuando la batalla llegaba al momento decisivo, asomó Komon.
Casi nadie había reparado en él pero en el último golpe de Kisorio, que se marcó un carrerón como para merecer el triunfo, el único que respondió fue Komon. Mala compañía un atleta que corre siendo júnior en 7:34 el 3.000 y en 26:57 el 10.000. Juntos se fueron para la meta y en la última subida, en la contrameta, le lanzó el hachazo que evitó un nuevo sprint como el del año pasado entre Kipsiro y Tariku Bekele. Komon ganó en 31:14, 13 segundos más de lo que necesitó Kipsiro en 2009 y ocho segundos más de lo que marcó él mismo el año pasado para ser solo sexto. En 2008 fue tercero en Itálica con 31:21, cuando Kipsiro ganó con unos impresionantes 30:37 sobre los 10.800 metros del trazado italicense.
Gebremariam sólo fue sexto, lo cual demuestra una vez más lo complicadísimo que es ganar en Itálica, hasta para el campeón del mundo. Octavo fue el primer español, Carles Castillejo, noveno Sergio Sánchez y décimo Bezabeth. El sevillano Antonio David Jiménez Pentinel acabó en el puesto 38 (35:36), aunque el primer atleta de la provincia fue Jesús Brenes (36), de Arahal, quien recientemente fue quinto y primer español en la Media Maratón Sevilla-Los Palacios.
Linet Masai no sabe lo que es perder una carrera. En las tres apariciones en España este invierno no sólo ha ganado, ha arrasado. En Soria ganó con 28 segundos de ventaja; en Llodio co 47 y ayer con 31. Kiplagat ganó Itálica 2009 con 26:14. Dos meses después fue campeona mundial. Masai cruzó la meta en 25:54 sin que ninguna rival, salvo su compatriota Pauline Korikwiang, que repitió el segundo puesto de 2009, le apretase en los últimos kilómetros. En Polonia le espera la corona mundial de cross a sus 20 años.