Jóvenes al día

Kits sostenibles, una forma de divertirse mientras se aprende

Jorge Florián, Rosa Jiménez, María José García y Miguel Ángel Velarde han creado una empresa que comercializa juguetes que funcionan con energías renovables.

el 20 dic 2014 / 09:00 h.

Jorge Florián, María José García, Rosa Jiménez y Miguel Ángel Velarde, integrantes de Denki-Diversiones Solares. / pepo herrera Jorge Florián, María José García, Rosa Jiménez y Miguel Ángel Velarde, integrantes de Denki-Diversiones Solares. / pepo herrera Denki-Diversiones Solares es una consultoría de energías sostenibles que sirve de apoyo técnico a empresas pequeñas que se dedican al sector de las energías renovables y que además distribuyen kits didácticos que sirven como alternativa pedagógica para los más pequeños de la casa. Sus orígenes comienzan en 2006, cuando sus cuatro socios, Jorge Florián (físico electrónico), Rosa Jiménez (ingeniero técnico industrial), María José García (Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales) y Miguel Ángel Velarde (Licenciado en Derecho), deciden unirse para crear su propia empresa. «La idea de negocio surge al observar que había instaladores de energías renovables que no tenían a técnicos entre los miembros de su plantilla, y por tanto no eran capaces de albergar obras grandes y necesitaban de la intervención puntual de éstos», plantea Rosa. Comenta que además de prestar apoyo a pequeñas empresas de instalación también se han desarrollado en estudios de arquitectura y empezaron a impartir talleres de formación para instaladores de energías renovables. «Fue en ese momento, coincidiendo con el comienzo de estos talleres en institutos, cuando nos dimos cuenta que los niños empiezan a entender las energías renovables a través de los kits didácticos de energía solar que llevábamos con nosotros», explican. Los juguetes sostenibles comienzan a tener aceptación y desde las Navidades de 2012 se dedican a comercializarlos. «Tenemos una gama de kits en los que se puede ver cómo es un juguete por dentro, el funcionamiento de su motor, sus engranajes y resto de piezas, etcétera. Además es muy interesante para los niños que vean que cuando el juguete recibe luz, empieza a funcionar», explican los expertos en energías renovables. Estos kits van desde pequeños juguetes para niños que ya vienen montados, a una gama más didáctica con kits que pasan por el montaje de un sistema solar, laboratorios, etcétera, hasta kits transformables que se pueden desmontar y hacer otro juguete diferente. Siempre deben realizarse bajo la supervisión de un adulto. En cuanto a por qué se centran en este tipo de productos, indican que siempre han pensado que los niños deben ser creativos y que además de jugar con el objeto se trata de que aprendan a saber cómo están formados: «Los niños pueden montar los kits junto a sus padres y ambos pueden descubrir cómo están hechos los juguetes, además de las diferentes funciones de sus piezas. Se trata de fomentar la creatividad y la destreza de los pequeños, observando la parte más técnica de ese juguete y llegando a comprender que no es magia, pudiendo extrapolar esa capacidad de análisis al diseño de otras cosas que tenemos a nuestro alrededor». En la actualidad Denki-Diversiones Solares sólo se centra en la distribución de estos kits didácticos, pero manifiestan que les gustaría crear su propia línea de juguetes: «No descartamos crear nuestra pequeño taller de creación de kits, de momento los traemos a través de empresas especializadas en este tipo de productos y que en su mayoría radican en países como Alemania, Japón y China, y en menor medida en España o Portugal». Los precios de los kits oscilan entre los 5-6 euros para los juguetes básicos «fijos» hasta los 35 para los «transformers» o los 70-80 euros para juguetes de tipo «coleccionista». Rosa está convencida de que se trata de los juguetes del futuro y prueba de ello es que la demanda es cada vez más elevada: «En dos años hemos traído nuevos modelos, cada vez más sofisticados. Tenemos un coche teledirigido que sólo funciona con luz solar, otros juguetes que son solares pero tienen una pequeña microbatería que hace que el juguete pueda funcionar sin luz directa. También algún otro que funciona con energía eólica y dos vehículos que funcionan depositando unas gotas de una disolución de agua y sal en una placa de magnesio que produce electricidad y esa electricidad mueve el motor del juguete». Los socios plantean que los kits están teniendo mucha aceptación entre los niños y sus propios padres. Afirman que el único problema es el desconocimiento de la gente hacia este tipo de productos. «Tenemos clientes fijos para las Navidades y los cumpleaños, y lo curioso es que siempre repiten. Necesitamos llegar a las personas que aún no nos conocen». Además, plantean que una de las ventajas de estos curiosos juguetes es que como no necesitan pilas, sólo es necesario que el día de Reyes haya rayos de sol para poder salir a disfrutar con ellos a la calle.

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