51 euros brutos al día por estarse quietecito dentro de casa, resguardado del frío que nos ha sobrevenido, y esperar las órdenes oportunas para asomarse al balcón cual espectador.
Por este trabajo pagarán a los vecinos de la calle Parras 51 euros netos por día de grabación, "y hasta se nos da de alta en la Seguridad Social", apostillan algunos agraciados por la dadivosa superproducción hoollywoodiense Knight & Day, que allá por donde filma está dejando a la gente más encantada que nunca porque lo hace a lo grande, tirando de chequera y negociando con todos.
De hecho, lo de los 51 euros por balcón y día se ha practicado antes en otras localizaciones, e incluso en los mentideros de esta Sevilla nuestra se habla de que a alguno les han pagado cantidades más importantes por lo contrario: porque nadie se asomara y mucho menos un papparazzi. ¿Secretos de guión o exigencias de los protagonistas? Vaya usted a saber.
El caso es que hoy se tiene previsto rodar en la calle Parras -ayer tocó estreno en la calle Macarena, con la Muralla de flanco histórico para las andanzas de los personajes-, pero sólo si el tiempo lo permite. Y da agua. Si fuera así, el plan de rodaje se pospondría, aunque la idea de la productora es que la Nochebuena le pille a cada cual en su casita.
Por si acaso, el idilio que han vivido Tom Cruise y Cameron Diaz en la ciudad, junto al director James Mangold y su numerosa troupe, va tocando a su fin. Y quizás por eso y porque ya se estaba demorando demasiado el agasajo institucional, ayer y sin aviso de por medio, el Ayuntamiento se decidió a visitar el set de rodaje y a hacerse la foto.
Sólo que la cosa no salió como se quería, porque en este caso Cameron Diaz se puso pejiguera y la foto oficial con Alfonso Rodríguez Gómez de Celis -en nombre del alcalde, que se perdió el subidón de estrechar la mano a dos divos de Hollywood- se hizo pero tenía que pasar tal cantidad de filtros y bendiciones que, a última hora de ayer, no habían logrado desde el Consistorio tenerla para enviarla a los medios.
Suerte que los fotógrafos a los que se había buscado evitar, atentos a la jugada, tiraron de teleobjetivo para inmortalizar el momento. Así es como hemos sabido que Celis entregó a Cruise y Diaz sendas placas de cerámica trianera con la Avenida de la Constitución y el tranvía como motivos -la Sevilla del ayer y la del presente, en armonía-.
Y Celis conoció a uno de los hijos de Cruise, le instó a que fuera a un partido del Betis y, tanto Cruise como Diaz, se mostraron encantados con Sevilla y el trato. Todo eso mientras cabezudos y corredores grababan una espantada en toda regla.
Por la noche, Cruise y Diaz cenaron en el restaurante San Marcos del Mesón del Moro.