Kosovo ya tiene constitución con que avalar su independencia. La Carta Magna, que entró el domingo en vigor, otorga a la ex provincia serbia poderes de Estado aunque deja a la comunidad internacional la supervisión de las políticas de Justicia, el control de la Policía y las fronteras. El Parlamento de Pristina aprobó por unanimidad el texto el pasado día 9.
El documento define a la joven república de Kosovo como un "Estado independiente, soberano, democrático, único e indivisible" y destaca su condición de sociedad "multi-étnica". En rueda de prensa tras la firma de las leyes, Fatmir Sejdi, presidente de la nación, calificó el momento de "histórico".
Así, afirmó que con la entrada en vigor de la Constitución "concluye el ciclo de construcción del Estado kosovar". También quiso resaltar que Kosovo es un "país democrático que ha aceptado los valores y parámetros europeos". "Será una nación de todos sus ciudadanos, las mayorías y las minorías", prometió.
Pero frente a ello, el presidente serbio, Boris Tadic, declaró que la entrada en vigor de la Constitución de Kosovo no tiene para Serbia ningún valor legal. "Es un acontecimiento político con consecuencias dañinas", tachó. "Serbia ve Kosovo como su provincia meridional. Serbia seguirá defendiendo su integridad y la soberanía también en Kosovo, con medios pacíficos y la diplomacia, no con violencia", advirtió.
En esta línea reivindicativa, el mandatario indicó que Serbia está preparada para "retornar a la mesa negociadora" y tratar del estatuto de Kosovo, ya que "esa será nuestra estrategia y la respuesta a la proclamación de la Constitución de un Estado ilegal llamado Kosovo".
Pero la Carta Magna de esta nueva nación está ya bien definida: consta de 40 capítulo y 160 artículos, que regulan el funcionamiento de esta república con el albanés y el serbio como lenguas oficiales. No obstante, esta mano tendida al país del que procede se espera que envenene la división entre la mayoría albano-kosovar y los serbios, establecidos sobre todo al norte de la región, puesto que ya han comenzado a establecer sus propias estructuras políticas y abrirán un parlamento propio en Mitrovica el 18 de junio.
La tensión entre las dos comunidades ha sido especialmente dura en esta ciudad, escenario de enfrentamientos históricos. No hay que ir más lejos: el sábado un serbio disparó contra un agente de la Policía kosovar en la comisaría de esta localidad, hiriéndolo en el estómago. El agente devolvió el fuego y alcanzó al atacante. Ambos están hospitalizados aunque sus vidas no corren peligro.
Según las autoridades, el agresor pertenece a los Guardias del Zar Lasar, un grupo radical minoritario serbio opuesto a la independencia. En ese sentido, el presidente kosovar reconoció que habrá problemas a la hora de aplicar la legislación, pero recordó que otros muchos países tienen dificultades internas por lo que confía en que "haya una reconciliación" entre los dos grupos.
En caso contrario, Fatmir Sejdi hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que "ayude a Kosovo en el mantenimiento de la seguridad y el imperio de la Ley". De hecho, el nuevo ordenamiento invita a la UE a asumir el papel de supervisión de la construcción del Estado de Derecho en Kosovo, en sustitución de la misión de la ONU, la UNMIK, que desde 1999 administra la región.
Y es que el texto se basa en la propuesta de estatuto del ex enviado de Naciones Unidas en la zona, Martti Ahtisaari, que vislumbra una independencia tutelada para Kosovo en la que Policía, la Justicia y las fronteras sean supervisadas por la comunidad internacional.