M. M. / A. V.
Hasta 23 kilómetros alcanzaron en la tarde de ayer los accesos a la tienda de Ikea provocando el colapso en la A-49 -hasta 17 kilómetros procedentes de Huelva y tres de Sevilla- y en la SE-30 -a la altura del V Centenario-. La previsión de la empresa es que se triplicara la afluencia normal por las festividades en las provincias cercanas.
Aunque las primeras retenciones comenzaron en torno a las 14.30 horas, a primera hora de la tarde, sobre las 16.00, los atascos alcanzaban buena parte de la SE-30, dos kilómetros por la N-630 -carretera de Mérida-, nueve kilómetros en la A-49 -seis de entrada y tres de salida de Sevilla- y retenciones en las avenidas de salida desde la capital al Aljarafe, además de en numerosas calles de los cascos urbanos de Camas, Castilleja de la Cuesta y Tomares.
Ante la alarma ocasionada entre las personas que a esas horas se dirigían a sus trabajos, la respuesta del centro de gestión de tráfico era clara: "todos quieren llegar al Ikea, los que vienen de Huelva y los de Sevilla. Y ya no cabe nadie más".
Al contactar con el centro comercial -cuyas líneas telefónicas estaban saturadas-, fuentes del servicio de seguridad confirmaban que "gente está entrando desde luego, hay muchísima afluencia por las fiestas de los pueblos, aunque no creo que sea sólo porque quieran venir aquí".
Pues así era, y lejos de decrecer la afluencia, a lo largo de la tarde fue creciendo hasta alcanzar los 17 kilómetros de entrada a Sevilla desde Huelva a las 19.20 horas. De nuevo desde tráfico aseguraban que ése era el único problema "y mucha de la gente que está llegando se tiene que dar la vuelta al no poder entrar". Además en el puente del V Centenario, entre los kilómetros 12 y 15 de la SE-30, los atascos alcanzaron los tres kilómetros a la misma hora.
Este hecho supuso que los trabajos de mantenimiento que se están llevando a cabo en la A-49 a la altura de Huévar del Aljarafe, y que normalmente apenas afecta al tráfico, ayer llegara a congestionarse a lo largo de tres kilómetros, entre el 26 y el 23, en sentido Huelva.
La directora de márketing de Ikea, Almudena Gutiérrez del Álamo, explicó la tienda "se refuerza" cada 8 de septiembre, cuando coinciden los días festivos de muchos pueblos del Aljarafe y el resto de Sevilla, Huelva, Córdoba e, incluso, el Día de Extremadura. "Si en un día normal tenemos una media de 6.000 o 7.000 clientes, hoy [por ayer] esperamos alcanzar entre 15.000 y 18.000 clientes", aseguró Gutiérrez.
El centro comercial era un hervidero de compradores y los coches se agolpaban en las entradas y salidas. Para tratar de agilizar el periodo de compra, las 32 cajas de la tienda estaban a pleno rendimiento, mientras que un lunes cualquiera sólo funcionan 16.
Responsables del centro comercial indicaron que, además de avisar en su página web a los clientes de los días en que esperan más afluencia de público, también se ponen en contacto con la Guardia Civil para que tengan previsto el dispositivo de tráfico.
Efectivamente, el Instituto Armado acordonó algunas de las zonas más conflictivas y trató de desviar decenas de coches hacia puntos menos saturados. Lo cual, apenas alivió la situación ya que, unido a las obras que se realizan en la zona muchos conductores tenían difícil acceder al carril que debían tomar para regresar a sus casas.
Así, entre las seis y las ocho de la tarde, recorrer los seis kilómetros que separan el centro comercial con la entrada de Sevilla capital llevaba más de una hora. No sólo el camino de vuelta fue complicado.
Quienes hicieron el camino desde Mérida por la mañana recorrieron unos 170 kilómetros en una hora y media. El mismo tiempo que tardó otra pareja de clientes en llegar desde Nervión a Ikea aunque la distancia en ese caso sólo fuera de 12 kilómetros.
