Cultura

La Acrópolis de Atenas estrena nuevo y flamante museo

Tras años de retrasos y polémicas, los monumentos de la Acrópolis de Atenas tienen por fin el marco que se merecen en el nuevo museo que hoy abre sus puertas. La reclamación a Reino Unido de los frisos del Partenón suena ahora más fuerte que nunca, aunque su regreso a casa se antoja aún bastante complicado.

el 16 sep 2009 / 04:32 h.

Tras años de retrasos y polémicas, los monumentos de la Acrópolis de Atenas tienen por fin el marco que se merecen en el nuevo museo que hoy abre sus puertas. La reclamación a Reino Unido de los frisos del Partenón suena ahora más fuerte que nunca.

El edificio es un gigante de cristal, hierro, mármol y cemento, que ha costado unos 130 millones de euros a Grecia y la UE. En sus tres plantas principales alberga reliquias de hasta 2.500 años de antigüedad halladas durante diversas excavaciones en la roca sagrada de la Acrópolis.

Alexandros Mantis, responsable del conjunto arqueológico, destaca que el diseño del museo "traslada al visitante a la antigua Acrópolis y a la vida en la Antigüedad".

Desde hoy, el museo permanecerá abierto durante 12 horas de martes a domingo y se esperan unos 10.000 visitantes diarios, que precisarán de tres horas para recorrerlo.

Su inauguración es, según el ministro de Cultura griego, Antonis Samaras, "un catalizador para que regresen las reliquias del templo del Partenón que fueron saqueadas y esparcidas hace 207 años". Y es que ahora, con las obras terminadas y las salas repletas de reliquias, las autoridades helenas esperan que el museo ayude a ganar la larga batalla para recuperar los restos que fueron trasladados a Londres en el siglo XIX y que Grecia reclama insistentemente.

"Es obvio que esperamos que vuelvan los mármoles del Partenón y estamos listos para negociar y que las salas del Museo Británico que se queden vacías estén siempre llenas con nuestros préstamos a largo plazo", explicó Samaras a Efe.

El responsable griego rechazó la oferta realizada por la institución londinense de ceder temporalmente los frisos a cambio de que Grecia reconozca que son propiedad del Museo Británico. Una opción que, dijo, sería "como legalizar lo malo que hizo Thomas Elgin", el diplomático británico que trasladó la mitad de los frisos a Inglaterra con el permiso del Imperio Otomano, al que entonces pertenecía Grecia.

El retraso en la construcción del nuevo museo fue usado por el Museo Británico como excusa para no devolver las piezas, al alegar que la contaminación atmosférica de la capital helena era dañina para las piezas. Ahora, y con el Partenón a sólo 300 metros colina arriba, el nuevo museo ha reservado una sala a la espera de los frisos.

Aunque la idea de construir el museo data de 1978, la gestación del edificio, con 14.000 metros cuadrados de espacio de exposición, comenzó en 1999, mas tuvieron que quedar fallidos cuatro concursos arquitectónicos antes de que se comenzara a construir en 2003 el proyecto definitivo, que concluyó en 2007.

Las primeras excavaciones en 1999 para construir los cimientos toparon con restos y se originó una polémica sobre la conveniencia de buscar otra ubicación. Finalmente, el proyecto del franco-suizo Bernard Tschumi incluyó un sistema para integrar esos vestigios.

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