La empresa de vuelos chárter Futura presentó ayer un concurso voluntario de acreedores -antigua suspensión de pagos- debido a su crítica situación económica. El presidente de la compañía aérea, Román Pané, avanzó que el plan de viabilidad de la empresa supondrá el recorte a la mitad de su plantilla -unos 600 de sus 1.211 empleados-, y la reducción "drástica" de su flota de temporada alta, que pasará de 22 aviones a 12 ó 13 aparatos. Éste es el segundo varapalo que se lleva el aeropuerto de Palma, donde está la sede la compañía, después de que el pasado julio Spanair anunciara otro recorte de plantilla.
Pané explicó que la presentación de un concurso voluntario de acreedores y la crítica situación económica de la compañía se deben de manera fundamental a la "bestial y "especulativa" subida del precio del petróleo.
Hoy martes, según aseguró, Futura retomará de manera progresiva la actividad de sus vuelos, y el viernes deberá presentar ante Aviación Civil un plan de viabilidad, que quiere consensuar con los sindicatos.
Según explicó Pané, el recorte de la plantilla no tiene tanto que ver con la situación de la empresa cómo con la coyuntura que atraviesa el sector aéreo, que deberá hacer un "esfuerzo importante para adaptarse a un entorno que no volverá a ser lo que fue en el pasado".
La compañía chárter ha sido en los últimos 18 años, recordó, una "referencia" para el sector en gestión, rentabilidad y seguridad de sus vuelos, pero "por desgracia" la compañía atraviesa a día de hoy por problemas económicos a causa de un "montón de razones", como la caída de la demanda y, fundamentalmente, el encarecimiento del crudo. El pago del petróleo que ha tenido que afrontar Futura en julio y agosto "ha destrozado" los resultados de verano de la compañía aérea, cuya principal actividad se registra durante los meses estivales.
Durante el invierno, Futura tiene previsto mantener 5 vuelos, pero se ve obligada a reducir su flota durante la temporada alta, precisó. El plan de viabilidad, según comentó Pané, supone lograr un acuerdo con el personal de la empresa y los acreedores, y "quizá" enajenar alguno de los activos de la compañía.
La "razón" por la que la dirección de Futura decidió el pasado domingo interrumpir su actividad aérea durante 24 horas fue "planificar cómo debía hacerse la operación cuando se trata de tráfico aéreo", mantuvo el presidente de la compañía.
