Más de 4.000 aficionados desfilaron ayer por las calles de Bucarest para protestar por los malos resultados del equipo más laureado de la capital rumana, el Steaua, que está temporada va sexto y puede quedarse fuera de Europa a falta de un encuentro para la conclusión de la liga.
Los principales acusados de los malos resultados eran los dirigentes del equipo. "Protestamos contra los dueños del Steaua, la familia Becali, que son los únicos responsables de la dramática situación que vive nuestro club", declaró el líder de la manifestación, Marius Nicolai.
"Queremos un club limpio y no corrupto", afirmaba el cántico general de la manifestación. Algunas de las pancartas atacaban de forma más directa al presidente. "Una historia de 62 años fundada sobre unos valores y no sobre el dinero sucio", decía una.