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La agenda nacional dificulta que los partidos sellen un gran pacto andaluz

El tercer recurso a la subasta de medicamentos, la reforma educativa y la local interfieren en el diálogo. Griñán cita a sindicatos y empresarios para tratar de renovar el acuerdo de concertación en plena crisis.

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Todos acuden con la mejor de las intenciones, pero el reto político de forjar un gran Pacto por Andalucía, lanzado por el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, no será nada fácil. El socialista se reúne hoy con el presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, en una entrevista que dará el pistoletazo de salida a una ronda de conversaciones que reúnen a líderes políticos, sindicatos, empresarios y representantes de la sanidad, la educación, el cooperativismo y la cultura.

El objetivo es cerrar un gran pacto, aún difuso en su contenido y entorno a ocho ejes, que permita llegar a grandes acuerdos para salir de la crisis. Cualquier interlocutor coincide en que la prioridad es atajar la galopante tasa de paro en Andalucía, que alcanza ya al millón y medio de personas y al 35% de la población. Sin embargo, será complicado hallar puntos de encuentro al margen de la agenda nacional del Gobierno de Mariano Rajoy y del duro discurso de confrontación que practican PSOE y PP.

Griñán se ha mostrado convencido de la necesidad de explorar el diálogo con el Partido Popular, pero sus socios de Gobierno, Izquierda Unida, recela y mantiene un discurso muy beligerante. El coordinador regional de IU y vicepresidente andaluz, Diego Valderas, se encarga de pedir cada vez que puede al PP que anteponga los intereses de Andalucía a los del presidente de su partido. En los mismos términos se expresa el vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, a quien Griñán ha designado como interlocutor político y que no se modera frente a la oposición. De ahí que el PP advierta que está dispuesto a cerrar acuerdos pero, en ningún caso, señala, pueden ser contra Rajoy. CCOO y UGT también avisan de que solo se sumarán si se eleva el tono frente a los recortes desde Madrid.

En este contexto, la agenda nacional, que dirige la política andaluza, tropieza con enfrentamientos duros, de trasfondo ideológico, difíciles de orillar y que amenazan seriamente el diálogo. En el ámbito sanitario, el Gobierno central acaba de presentar el tercer recurso al Constitucional contra la subasta de medicamentos, una fórmula defendida por Andalucía para ahorrar costes y recortar beneficios a los laboratorios.

En el educativo, el Gobierno andaluz ya ha marcado su propia hora de ruta frente a la reforma Wert. Como primer plato, ha anunciado una revisión de los conciertos educativos a favor de la educación pública, que puede afectar de lleno a los colegios católicos. El PP-A está radicalmente en contra.

Además, el Gobierno central avanza en una reforma de la administración local que también topa con el rechazo frontal de la Junta y el PSOE-A. Si todo esto se trufa con el debate territorial y la apuesta soberanista de Cataluña, la asfixia financiera que vive Andalucía, los avisos del Ministerio de Hacienda sobre la desviación del objetivo del déficit público -lo que puede acarrear más recortes- o el duro desacuerdo sobre las transferencias que Andalucía recibe en materia de empleo, la agenda no puede estar más a la contra del pacto. El divorcio entre los partidos, más allá de los acuerdos cerrados entre Gobierno y Junta, es absoluto.

Zoido manifestó ayer que acude a la reunión con Griñán, con la mano tendida para alcanzar un pacto "serio, útil, de todos, entre todos y para todos, sin exclusiones". Subrayó que excluir a los populares supondría "eliminar una parte importante de la sociedad andaluza" y recordó que ellos ganaron las elecciones. Sus avisos: no van a "perder el tiempo", no se prestaran a debates "inútiles" ni a "inventos". Días antes, su número dos, José Luis Sanz, fue claro al asegurar que no esperaba "absolutamente nada" de la cita. Y, en una estrategia enrevesada, el PP ha tomado la iniciativa en el ámbito provincial y sus líderes están citando a los socialistas para buscar acuerdos.

El que hoy echa a andar, y que IU y los sindicatos piden que se traduzca en una gran movilización social, no es el primer pacto anticrisis en Andalucía. En 2010 PSOE, PP e IU ya cerraron un acuerdo.

El Ministerio de Hacienda inyectó 600 millones más al Fondo de Liquidez

El presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, "ha vuelto a cumplir con Andalucía", defendió ayer el líder del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido. El dirigente popular confirmaba así la nueva ayuda de 600 millones de euros aportada a la región antes de fin de 2012 dentro del Fondo de Liquidez Autonómica. Una partida extraordinaria de la que ambos gobiernos habían decidido no informar públicamente.

El Ejecutivo de José Antonio Griñán había recibido 2.133 millones de euros de este fondo de los 4.096 solicitados y llevaba meses negociando con el Ministerio de Hacienda un reparto "más justo" de esta cantidad destinada a las autonomías.

Zoido ayer sacó pecho: "Nunca nadie ha ayudado más; son casi 11.000 millones los que ha aportado el Gobierno de Rajoy el pasado año a nuestra comunidad autónoma, demostrando de esa forma su compromiso para ayudarnos a salir de la crisis, para que recuperemos la tesorería, para que se pueda pagar a proveedores y las nóminas".

Sin estas ayudas, según defendió el líder Zoido, "no hubiera habido capacidad para haber pagado las nóminas"; por ello, el líder del PP andaluz sostuvo que "no es posible" que haya una "confrontación" contra las políticas del Gobierno central, que en Andalucía "está permitiendo seguir con servicios básicos y pago de nominas. Sin ello hubiera sido totalmente imposible".

En total, según confirmaron ayer fuentes de la Junta, Andalucía recibió del Fondo de Liquidez un total de 2.750 millones de euros que se destinarán sobre todo a pagar amortizaciones de la deuda.

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