La fábrica de Cerámicas Bellavista vive sus horas más bajas desde que comenzó su andadura en 1966. El último expediente de regulación de empleo (ERE) pretende dejar en activo sólo a 50 trabajadores tras haber alcanzado su tope histórico el año pasado con 320 empleados.
Ahora los trabajadores e incluso el Ayuntamiento tratan de luchar contra lo que muchos consideran un muro infranqueable. El mercado inmobiliario no es lo que era, de hecho la multinacional Roca, propietaria de Cerámicas Bellavista, asegura que el sector nunca volverá a ser el negocio redondo que durante años ha sido para todos los sectores relacionados con la construcción.
Claro que esta situación resulta difícil de explicar a los 191 trabajadores (de 242) que ahora han echado de la empresa, algo que, como reconocen todas las partes, se veía venir desde hace tiempo. Desde el comité de empresa se apunta que "ya se le había aplicado un ERE a algunos trabajadores. En agosto de 2008 se ofreció una baja incentivada a muchos empleados mayores de 55 años, ahora sólo quedan ocho, siendo la media de edad de la fábrica de 35 años".
Cerámicas Bellavista comenzó en los años 60 y se convirtió en una de las más productivas del sector. Pero llegaron los números rojos y la empresa acabó en manos dal banco Urquijo, que no pudo reflotarla, como tampoco pudo TEKA, especializada en hacer instalaciones de cocinas. Así las cosas a finales de los 90 la multinacional Roca compró el complejo, que durante más de una década ha vivido sus mejores momentos: se ha convertido en una de las firmas punteras del territorio nacional, exportando a Australia, Portugal o Nueva Zelanda.
Los primeros roces con los trabajadores surgieron cuando algunas piezas empezaron a hacerse en filiales extranjeras, hace menos de un año. De ahí se pasó a un ERE a los empleados más veteranos, hasta llegar al que se anunció esta semana, que quiere liquidar el 80% de la plantilla.
Por su parte, fuentes de Roca aseguran que la única razón de plantear este ERE es mejorar la productividad ante la enorme crisis que existe en el sector de la construcción. "Cuando tienes dos plantas (Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas) funcionando a medio gas, lo lógico es que concentres toda la actividad en una para que funcione al 100%", comenta la empresa. Y la fábrica de Alcalá "tiene instalaciones más modernas y está mejor equipada", de ahí que el final se vea tan cerca.