Sony vuelve a la carga con una de las sagas más originales de los últimos años para PSP: Patapon. Fiel a sus principios y manteniendo la linealidad y jugabilidad que ofreció en los dos títulos anteriores, esta tercera entrega arranca con una riqueza visual acorde con las exigencias que implanta por defecto el mercado, pero sin perder ni un ápice de la filosofía minimalista y bidimensional de acción lateral que implantara Rolito en el origen de este juego. En esta historia, el ejército de los Patapon se encuentra convertido en piedra por haber abierto un cofre propiedad de las fuerzas del mal.
Un halo de luz salva a unos de ellos (Hatapon), del hechizo de Los Siete Males. Mediante un estandarte mágico que porta en su haber y una reiterada fe en las plegarias, consigue con la ayuda de Hoshipon, que sale del cofre, invocar al Ser Supremo para que se reencarne en el líder del grupo.
El jugador aparece como ser supremo mediante esta reencarnación en uno de los tres superhéroes Patapon y estará acompañado desde el principio por la inagotable fidelidad que genera la pequeña legión de seguidores encabezados por Kan, Chin y Ton.Ochenta niveles entre texturas volcánicas, laberintos y lúgubres mazmorras a ritmo de tambor en las que el ser supremo comandará a la tribu, guiándola hacia una victoria segura.
Un camino difícil, lleno de dificultades y con una treintena de jefes todopoderosos que no pondrán nada fácil el avance por las coloridas plataformas del juego y donde el pequeño ejército de guerreros bidimensionales intentará derrotarlos a base de ritmo musical y estrategia.
De nuevo, el sentido del ritmo cobra una importancia enorme en este juego en el que la fusión entre la música y las acciones de los pequeños guerreros permite avanzar y atacar tribus rivales, o por el contario, retirarse y defenderse de los ataques en un estilo de enfrentamiento único. En el apartado multijugador, que ya se incorporaba en Patapon2, se podrá jugar partidas contra otras tribus del mundo y demostrar quién posee más capacidad de liderazgo utilizando la competitividad y la unión del grupo para ganar las batallas.
