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La Alameda de abastos

el 11 feb 2011 / 20:52 h.

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Viandas ecológicas a la venta en el bulevar.

Desde hace algún tiempo el kilómetro cero ya no está únicamente en la madrileña Puerta del Sol. También puede localizarlo en las berenjenas, en los pepinos y, ya puestos, hasta en las remolachas. Es el último ‘hit' en la comida ecológica. Si su escarola lleva la pegatina indicativa significará que se ha cultivado a poca distancia de su casa con lo que no se habrá contaminado el planeta para traerla hasta su mesa.

Si la idea le ha gustado y, de paso, su estómago ha empezado a insuflar jugos gástricos ante la idea de un bodegón que ni pintado por Joaquín Sorolla, entonces hoy la Alameda de Hércules es su refugio ideal. En ella se celebra, a partir de las 10.00 horas, la VII Feria Ecológica de Productores Locales, o lo que viene a ser la puesta en escena de 20 tiendas que le agasajan con todo tipo de viandas y delicatessen para el cuerpo y la mente.

Organizada por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), la Feria reúne productos de las ocho provincias andaluzas y, según José Antonio García, responsable de la organización, "son ofrecidos sin intermediarios, directamente del productor al consumidor". "Sólo de esta forma se consigue que los agricultores obtengan un precio justo por sus productos y, al mismo tiempo, puedan ofrecer a los consumidores un precio de compra razonable", explica al respecto del reparto de los beneficios.

Saltándonos la teoría y descendiendo a la parte práctica de la cuestión le interesará saber que, además de poder llevarse media huerta andaluza a su despensa, también puede descubrir tesoros de medio mundo fehacientemente nacidos aquí. Es el caso por ejemplo del lapacho de Paraguay, una infusión a la que se le adjudican todo tipo de propiedades y que comercializan los chicos de la Kombuchería, a la sazón, otro brebaje extraño pero sanísimo: té fermentado y gaseoso de inusuales sabores y apto para todos los paladares atrevidos.

Frutas, hortalizas, miel, aceites, legumbres, conservas, repostería y panes son algunos de los productos con los que llenar el carro. Y pierda cuidado si no conoce de antemano tal o cual sugerencia, no pagará un euro sin haberla degustado antes. Así sucede por ejemplo en Das Brot, panadería alemana capaz de fábricar, como por arte de magia, brezels y tartas de cereza 100% germanas en un obrador artesano y ecológico situado a la verita de Tarifa. Y si de lo que se trata es de poner contenido a los bollos integrales con semillas de amapola en el stand de la Finca Montefrío podrá encontrar unos cuantos buenos argumentos. De paso y, como San Valentín está al volver del fin de semana, la Feria se ha preocupado por poner a disposición de enamorados y aspirantes flores y todo tipo de plantas aromáticas.

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