Cultura

La Alhambra llora a Enrique Morente

el 15 dic 2010 / 20:58 h.

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(Vídeo: rtve.es)

Granada se despidió ayer de uno de sus hijos más ilustres, Enrique Morente, que recibió sepultura en el cementerio de San José, enclavado en el entorno de la Alhambra, a la que tantas veces cantó. La de ayer fue una jornada de luto, especialmente para los flamencos de su barrio, el Albaicín, que lloraron su marcha.

Su hija Estrella protagonizó el momento más emotivo y desgarrador de la despedida, cuando, ante el féretro de su padre, que permaneció durante unas tres horas en el escenario del Teatro Isabel la Católica de Granada, le dedicó un último cante.

Rompió así el silencio de un sencillo acto de homenaje con el que se cerraron las puertas de la capilla ardiente instalada en el teatro granadino, por la que pasaron unas 5.000 personas desde su apertura, a la una de la tarde.

En la voz desgarrada de Estrella sonó: "Granada, no tengas pena de que el mar sea tan inmenso, tú eres la novia del aire, la de la sombra de plata, la del almendro. Ay, empieza el llanto de la guitarra, llora como el viento sobre la nevada. Ay, inútil callarla, es imposible callarla".

Al término de su intervención, tanto Estrella como sus hermanos, Soledad y Enrique, y su madre, Aurora Carbonell, se abrazaron abatidos al féretro del cantaor, arropados por otros familiares.

Previamente, el poeta granadino Luis García Montero había dedicado unas palabras al cantaor en nombre de sus amigos. "Enrique, qué difícil despedirse de ti. Las palabras son insuficientes, no es posible nombrar el vacío, la desolación. Has muerto lleno de vida, de fuerza, siendo manantial", dijo el poeta.

En el acto también participó Laura García Lorca, que, con la voz entrecortada, recitó dos poemas que fueron cantados por Enrique: Alma ausente del llanto por Ignacio Sánchez Mejías, de su tío Federico, y De pronto, escrito por Francisco García Lorca en memoria de su hermano.

Al término, la comitiva con el féretro del cantaor partió al cementerio de San José de Granada, donde fue enterrado en un panteón tras ser portado a hombros desde la entrada del campo santo por familiares y amigos, entre ellos el cantante Miguel Ríos.

En ese último adiós, en el que se han escuchado vivas a Morente, también estuvieron presentes el torero Enrique Ponce, el bailaor Juan Manuel Fernández Montoya Farruquito, el cantante Chiquetete y Juan José Cortés, padre de Mari Luz, que ha dedicado una oración religiosa al cantaor.

"Enrique Morente tiene que estar tranquilo, porque se va allí donde ya está mi hija, en el cielo", dijo Cortés antes de que el féretro descendiera a la tumba, situada junto al Panteón de Personas Ilustres, en el Patio de San Antonio. Entre aplausos y gritos de Adiós, Maestro, cientos de ciudadanos quisieron despedirse del cantaor, al que muchos lanzaron flores.

La viuda, la bailaora Aurora Carbonell, estuvo acompañada por su hermana y fue la primera en abandonar el lugar en el que fue enterrado su marido, por un pasillo que le abrió la multitud.

Morente descansa ya en Granada, su ciudad natal, después de que el féretro con sus restos mortales partiera a primeras horas de la mañana desde la sede de la SGAE, en Madrid.

Cientos de personas, en su mayoría amigos y vecinos de su barrio del Albaicín, se desplazaron a esperar su llegada hasta las proximidades del Teatro Isabel la Católica, cuyo escenario estuvo presidido por una enorme fotografía de Morente tomada en el Patio de los Leones de la Alhambra, y por cuatro grandes candelabros.

Entre los que se acercaron a despedirlo estaba el artista flamenco y amigo del cantaor Curro Albaicín, quien declaró que están todos "hechos pedazos" y que a Enrique le habría gustado que le hubieran despedido "con alegría", pero eso, dijo, "es imposible".

El mundo del pop-rock, al que Morente estaba también muy ligado, quiso también despedirle con la presencia de Antonio Arias, líder de Lagartija Nick, con el que el cantaor grabó el aclamado disco Omega.

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