La celebración del Primero de Mayo en España tomó ayer un cariz especial debido a la dramática situación laboral que atraviesa el país, con más de cuatro millones de parados. Aprovechando la jornada de protesta, los sindicatos advirtieron al Gobierno de que convocarán una huelga general si acepta las iniciativas de la CEOE.
Las críticas a la propuesta de la patronal de flexibilizar el mercado laboral centraron este año el Primero de Mayo en España, en una jornada en la que los sindicatos amenazaron con convocar una huelga general si se recortan los derechos de los trabajadores o se acuerdan medidas fuera del Diálogo Social.
Así, en Madrid, los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, advirtieron al Gobierno y al Parlamento de que no cedan a las demandas de la CEOE de abaratar el despido y recortar los salarios y las pensiones, porque generará "conflictividad".
El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, respondió a estas advertencias y aseveró, desde Barcelona, que el Gobierno no incentivará el despido haciéndolo más fácil y barato, y reiteró que cualquier reforma del mercado laboral debe discutirse en la mesa del Diálogo Social y ser consensuada. En su opinión, sería una "injusticia" pensar que la crisis es consecuencia de los que estaban trabajando y cobrando mil euros y han perdido el empleo cuando el origen es la "clara especulación financiera".
Los sindicatos consideraron este Primero de Mayo como el "más trascendente" de los últimos 15 años por la gravedad de la crisis, que ha elevado el paro a cifras históricas y ya afecta a más de cuatro millones de personas.
En Madrid, la manifestación reunió a miles de personas -65.000 según los organizadores y 6.000 según la Policía-, se desarrolló sin incidentes con el lema Frente a la crisis: empleo, inversión pública y protección social, y durante su transcurso los manifestantes rechazaron la precariedad, los bajos salarios y los contratos basura, y exigieron pensiones mínimas "dignas".
Toxo y Méndez advirtieron al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de que no acepte las presiones de la patronal y envíe el 12 de mayo, en el debate del estado de la Nación, un mensaje "claro" e "inequívoco" al respecto. Es necesario, según dijo Toxo, un plan de choque para atender a los más de cuatro millones de parados, para lo que hay que mover los recursos públicos disponibles, gravar las rentas más altas y que el dinero que se ha dado a las entidades financieras fluya a la economía real.
También es necesaria la protección del millón de personas que no tienen ninguna prestación, algo que para los sindicatos es "insostenible", ya que las medidas del Gobierno son "insuficientes".
Tanto UGT como CCOO hicieron un llamamiento a los trabajadores para que el 14 de mayo se unan a la manifestación que la Confederación Europea de Sindicatos ha convocado en diversas capitales europeas.
Desde todas las comunidades autónomas los sindicatos también mostraron sus exigencias. En Barcelona la manifestación convocada por CCOO y UGT reunió a "más gente que nunca", según los sindicatos, que cifraron la participación en 40.000 personas frente a las 9.000 calculadas por la Guardia Urbana. En Valencia hubo una protesta multitudinaria -20.000 personas según los sindicatos y 10.000 según la Policía-, a pesar de la fina lluvia que la acompañó durante el recorrido.