El Metrocentro, sin catenarias en el tramo de la Catedral, es la segunda línea de Tussam con más viajeros. Foto: Javier Díaz.
El Metrocentro, sin catenarias en el tramo de la Catedral, es la segunda línea de Tussam con más viajeros. Foto: Javier Díaz.
72 millones de euros. Ese era el presupuesto estimado en 2008 para que el Metrocentro llegase de San Bernardo hasta Santa Justa. Una razón de peso para que ahora el Gobierno de Juan Ignacio Zoido (PP) descarte abordarlo a corto plazo, aunque sí lo baraja como opción para solventar en los próximos años el problema que le ha generado la construcción ilegal de las cocheras y los talleres del tranvía en Diego de Riaño.
Los vecinos llevaron a los tribunales al Ayuntamiento, en el anterior mandato de PSOE e IU, por ubicar estas instalaciones en un suelo que era residencial, sin licencia de obras y generando, sin medidas correctoras, muchos ruidos y molestias. Una razón de hace ya tres años les dio la razón, pero ni el anterior gobierno ni el actual ejecutaron la sentencia que, según los denunciantes, obliga al Consistorio a desmantelar las cocheras y talleres.
Ante este panorama, la Delegación de Urbanismo propuso a los vecinos negociar una salida, de ahí que ellos solicitasen una suspensión del procedimiento judicial de 60 días. Por ahora, el departamento que dirige Maximiliano Vílchez aún no les ha hecho llegar sus propuestas, pero podrían pasar por medidas de insonorización a corto plazo y el traslado de las cocheras en los próximos años, cuando haya dinero para ampliar el tranvía y llevarlo hasta Santa Justa. De esta manera, el Gobierno local pondría en valor terrenos ahora baldíos junto a la estación y rentabilizaría una línea de Tussam que ya es la segunda en número de viajeros.
Sin embargo, el escollo es la falta de financiación y la definición de un proyecto que ya en el anterior mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín creó un amplio debate, por su presupuesto y por su trazado. La entonces apuesta socialista, descartada posteriormente por su complejidad y su alto coste, incluida pasos soterrados y aparcamientos en Nervión con los que se financiarían parte del proyecto. La aportación de la Junta de Andalucía, además, era crucial. De hecho, Monteseirín anunció que había pactado verbalmente con el gobierno autonómico una aportación de más de 40 millones de euros. Solo el túnel para el tráfico rodado entre Diego Martínez Barrios y San Francisco Javier , que sortearía en superficie el tranvía en el giro desde Ramón y Cajal, tenía un presupuesto estimado de 12 millones de euros. Lo cierto es que los socialistas apostaron entonces por el trazado que va desde San Bernardo a Santa Justa por Ramón y Cajal, San Francisco Javier y Luis de Morales, el eje más comercial, aunque también es el más largo y caro. La otra opción que se planteó, defendida entonces por IU, fue la de unir Viapol con Santa Justa por la Buhaira. Los grupos de la oposición se mostraron ayer de acuerdo con abordar la ampliación del tranvía y con abrir un debate que «es positivo para la ciudad».
El portavoz municipal del PSOE, Juan Espadas, afirmó que es necesario un proceso de «participación y análisis en serio» de la demanda, de los flujos de vehículos por esas avenidas, de los efectos en el comercio y, sobre todo, en la movilidad del barrio. A su juicio, habría que buscar financiación, por ejemplo del Banco Europeo de Inversiones. «Se necesita el impulso del Ayuntamiento, porque parece que no hace nada para no equivocarse. Van resolviendo los problemas que se generan sin tener una hoja de ruta, ni plazos. Y eso que Zoido vendió en su campaña lo del proyecto, presupuesto, plazo», criticó Espadas.
Espadas coincidió con el coordinador municipal de IU, José Manuel García, en que el PP «no tiene modelo de movilidad». «No han hecho nada y viven de la renta, de los carriles bici, bus, de las peatonalizaciones como la de Asunción, de los pasos soterrados...», indicó García tras defender que el proyecto de Metrocentro está «inacabado», que debe ampliarse por San Francisco Javier y que el PP debe plantearse «seriamente» un proyecto «rentable económicamente» que daría servicio a muchos ciudadanos.
