La ampliación del Alamillo hacía el Guadalquivir llegará justo a tiempo para el vigésimo aniversario del parque, que se celebra el 12 de octubre. La Consejería de Fomento y Vivienda anunció en abril su intención de retomar el proyecto de ampliación del parque en 40 hectáreas, después de tres años guardado en un cajón, y han bastado sólo cuatro meses para que se haya culminado la tramitación, con la adjudicación de la obra a la UTE formada por Ielco e Ingeniería, Nuevos Desarrollos y Expansión (Indeex), que acudió al concurso junto a otras 19 empresas. La oferta ganadora reduce a dos meses el plazo de ejecución de los trabajos de adecuación que comenzarán, según las previsiones, a finales de este mes y, además, cuenta con la ventaja de que va a ser un 32% más barata que el presupuesto base que se fijó en la licitación, que ascendía a 410.273 euros. La obra se ejecutará por 282.256 euros y eso permitirá que el Alamillo se extienda hasta llegar a la margen del río Guadalquivir, ganando una amplia zona de naranjales y, de paso, alcanzando las 120 hectáreas de superficie. Unas dimensiones que consolidan a este espacio como el gran pulmón verde de la ciudad y lo equipara al menos en extensión a otros grandes parques españoles como el del Retiro de Madrid. La nueva superficie que se abrirá en octubre ya pertenecía al parque, aunque no estaba acondicionada para el tránsito y el uso público. La intervención contempla la adecuación de los caminos existentes y el acondicionamiento de una parcela, situada entre el parque y el hotel Barceló Renacimiento, para huertos urbanos. Las 40 hectáreas ampliadas permitirán una gran perspectiva del río Guadalquivir, pero también dejarán al descubierto hallazgos que forman parte de la historia de la ciudad, a los que se tratará de poner en valor. Se trata de los restos de antiguas infraestructuras agrarias datadas entre los siglos XVIII y XIX, entre los que destacan dos norias de agua, un acueducto, varios tramos de acequias, una alberca, pozos y un antiguo edificio agrícola. Incluso no se descarta la posibilidad de, con la ayuda de voluntarios, hacer visitas guiadas en las que se explique el origen de los vestigios los terrenos del Alamillo fueron zona de cultivos en los extramuros de la capital y sirvan de ejemplo sobre la evolución tecnológica experimentada por la agricultura en el siglo XX. La zona de expansión también tratará de estrechar el vínculo del parque con el río, al que le había dado la espalda durante estos 20 años de vida. Así, se contempla en un futuro que se habiliten dos embarcaderos que podrán ser utilizados por los clubes y asociaciones que suelen practicar deportes náuticos en el río Guadalquivir. También esta ampliación servirá para consolidar la práctica de la ornitología. La Consejería de Fomento y Vivienda, aprovechando esta intervención, delimitará con un cerramiento la estación ornitológica del Alamillo, ubicada en una de las zonas de transición entre la margen del río Guadalquivir y los naranjales. La estación está gestionada desde hace un tiempo por el Grupo Ornitológico del Sur, perteneciente a la Sociedad Española de Ornitología, que se ha encargado, entre otras cuestiones, de anillar a las aves que se hospedan en el parque para tener un censo aproximado. Esta sería la tercera y definitiva ampliación del parque del Alamillo, después de que en 2010 se culminaran las dos primeras fases del proyecto, cuando incorporó el vivero y una zona de naranjales situada bajo el puente del Alamillo. El siguiente paso era acometer la ampliación en 40 hectáreas más, pero la crisis hizo que los gestores de aquella época lo dejaran para otra ocasión. Tras tres años de espera, el departamento dirigido por Elena Cortés ha decidido recuperar al considerar rentable la inversión para ampliar un recinto que recibe en torno al millón y medio de visitas al año. Una hectárea de huertos urbanos para los ciudadanos El parque del Alamillo no se ha limitado a una ampliación sin más, sino que trata de exprimir todas las posibilidades que permite su vasta extensión de terreno. Con esta filosofía aprovechará una hectárea de superficie, situada entre el puente del Alamillo y el hotel Barceló Renacimiento, para implantar la moda de los huertos urbanos. O lo que es lo mismo, facilitar a las familias que así lo deseen un espacio de tierra para cultivar frutas, hortalizas y verduras para consumo propio. El parque del Alamillo reservará una parcela en la que tendrán cabida un total de 133 huertos, con unos tamaños que oscilarán entre los 35 y los 70 metros cuadrados. De todos modos, la Consejería de Fomento y Vivienda no cierra la posibilidad de que se puedan adecuar parcelas colectivas con una superficie de 140 metros cuadrados. Cada huerto será gestionado por un grupo conformado por entre tres y diez personas, incluidas las unidades familiares. Las parcelas colectivas se adjudicarán fundamentalmente a centros educativos de la zona que fundamenten la incorporación de estos huertos en los planes de estudio de su alumnado. Por su parte, las asociaciones y colectivos también tendrán un acceso preferente a parcelas de 70 metros cuadrados, siempre que estén destinadas a proyectos sociales y educativos que fomenten la inclusión social. En las bases de la convocatoria publicada en la web de Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA) se recogen los aspectos técnicos y de gestión derivados de la instalación y uso de estos huertos, así como los criterios de adjudicación, plazos y procesos de formación y aprendizajes necesarios. Al respecto de la convocatoria de estas plazas, cuyo plazo expira el 6 de septiembre, la Junta explicó en su día que la puesta en marcha de huertos ecológicos busca dar respuesta con soluciones creativas e integradoras a los problemas que genera el desuso del suelo y un instrumento para favorecer procesos participativos.