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La ampliación del polígono Gandul preservará una vieja cantera romana

La ampliación del polígono Gandul, que el Ayuntamiento de Mairena del Alcor acaba de retomar con un plazo de ejecución de 13 meses, albergará en su seno unas antiguas ruinas, posiblemente una cantera romana.

el 15 sep 2009 / 21:00 h.

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La ampliación del polígono Gandul, que el Ayuntamiento de Mairena del Alcor acaba de retomar con un plazo de ejecución de 13 meses, albergará en su seno unas antiguas ruinas, posiblemente una cantera romana de extracción de rocas de albero que esta civilización utilizó durante su dominio en la comarca de Los Alcores.

El proyecto contempla dejar ese paraje al margen de la obra en un conquero artificial tras el rebaje de cota del resto del solar, con un superficie de 286.169 metros cuadrados. Las ruinas, no recogidas en la carta arqueológica de Los Alcores del profesor Fernando Amores, sí se encuentran reflejadas en el plan parcial del sector 1 de las normas subsidiarias, que definen la ampliación de este polígono, activo desde hace años en su primera fase.

Se trata, de hecho, de unas ruinas poco conocidas en el pueblo, si bien las generaciones anteriores sí sabían de su existencia, aunque con poca certeza e información sobre su significado. En este sentido, muchos ciudadanos, de más edad, retienen en su memoria el haberse topado (tal vez durante alguna jornada de campo y asueto) con ese roquedal que albergaba el antiguo eucaliptar de Peroles. Hoy ya es un inmenso en el solar, donde crecerá el parque industrial más grande del municipio, para cuya inversión el equipo de gobierno que preside Casimiro Gavira (PSOE) contempla un montante presupuestario de 6,9 millones de euros, sumando la aportación pública y privada implicadas en el proyecto.

En total se van a construir 600 nuevas naves industriales destinadas a los sectores productivos de la población y con la vista puesta en la creación de empleo, según apuntan fuentes municipales.

Para afinar todavía más sobre la identidad de las ruinas, la arqueóloga municipal y directora de las obras del futuro Museo Jorge Bonsor y el Castillo de Luna, Ana Gómez, investiga y se documenta desde hace algún tiempo, aunque tanto ella como el profesor José Manuel Navarro (entre otros expertos consultados) coinciden al afirmar que se trata de una cantera.

Lo delatan los lisos y casi perfectos cortes conferidos a las rocas que caracterizan el paraje, rico a su vez en vegetación de la cornisa que identifica a esta comarca. Incluso, algunos entendidos trazan similitudes entre ese pedregal labrado por la extracción con cortes de roca perfectos y otro hallado no hace mucho en los alrededores del castillo.

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