Treinta años después de que Andalucía dijera sí en referéndum al Estatuto andaluz, el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, hizo ayer una defensa férrea de la conquista autonómica y alertó del “riesgo” de retroceder en el autogobierno por la crisis. “Cuando se cuestiona a las comunidades o al sistema de protección social, se cuestiona la seguridad, el lazo social que nos une a todos”, manifestó. En pleno debate sobre los recortes sociales y la necesidad de redefinir el modelo autonómico para ahorrar costes, el presidente volvió a marcar la línea roja que, a su juicio, no se puede rebasar. “Ni una crisis ni mil crisis pueden terminar con la conquista autonómica y la protección social, que forman parte del alma andaluza”, señaló.
Griñán aseguró que el Estado de las Autonomías blinda la “igualdad entre territorios y personas” y destacó el papel de Andalucía en la lucha contra los desequilibrios. El jefe del Ejecutivo presidió el acto conmemorativo de este aniversario en la Casa de Blas Infante, en Coria (Sevilla), un acto envuelto en la polémica partidista. El PP lo celebró por su cuenta, en Carmona –donde se gestó el texto–, porque acusó al Gobierno andaluz de no consensuar la agenda con la oposición. El PSOE, por su parte, reprochó al líder popular, Javier Arenas, su “irresponsabilidad” por querer desmarcarse de la efeméride. La cercanía de las elecciones ha alimentado la bronca política.
El presidente quiso poner en valor las bondades que para esta tierra trajo el avance autonómico: la vertebración de la comunidad a través de sus infraestructuras o que la población activa femenina ha pasado del 20% de hace tres décadas al 50% de ahora. “El modelo autonómico ha funcionado”, remarcó.Una visión muy distinta ofreció Arenas, quien culpó a los Gobiernos socialistas de haber convertido los derechos del Estatuto del 81 en “derechos de papel”, principalmente el del trabajo. El dirigente popular afirmó que aunque Andalucía ha alcanzado una cuota “extraordinaria” de autogobierno, lamentó que hoy haya 110.000 jóvenes menos trabajando que en 1981. “Hemos tenido 30 años de un buen Estatuto pero un mal Gobierno”, opinó.
El presidente de la Junta llamó a la concordia entre los partidos andaluces para seguir dando pasos en el modelo autonómico y recordó que el éxito del Estatuto vino también por el “clima de colaboración política”. Un consenso que animó a la participación de los andaluces en el referéndum (votó casi el 54%).
Las notas de Infante. Antes del discurso del presidente, el director del Instituto Luis de Barahona de Soto de Archidona (Málaga), donde estudió Bachillerato Blas Infante, entregó a Griñán, ante 200 alumnos del centro, una copia del expediente del Padre de la Patria Andaluza. Curiosamente, sólo sacó un sobresaliente y le quedaron dos asignaturas para septiembre. Griñán, en presencia de autoridades, agentes socioeconómicos y de la hija de Blas Infante, María de los Ángeles Infante, insistió en que Andalucía logró esta “gesta” no para “ganar privilegios, sino para impedir las desigualdades”.
