Cultura

La autoría de Montañés podría verse desmentida

Los especialistas muestran el proceso de trabajo 'quirúrgico' empleado en estas esculturas.

el 16 sep 2009 / 05:00 h.

Sólo San Ignacio de Loyola, quizás por representar la iconografía del fundador de la orden que había encargado los trabajos a Martínez Montañés, está documentada. Es el mismo Francisco Pacheco -suegro de Velázquez y propietario del taller artístico más demandado de la Sevilla del XVII- el que certifica, en un albarán de compra a los Jesuitas, que la pieza escultórica entregada es obra de Juan Martínez Montañés, y la fecha en 1610. Sin embargo, y pesar de las atribuciones históricas y las similitudes por las que se creen que el San Francisco de Borja y la Inmaculada pertenecen al mismo autor, no hay documento alguno que así lo certifique. Es más, "tampoco nos podemos fiar mucho de Pacheco", asegura María Fernanda Morón de Castro, para quien está comprobado que Pacheco fue un buen artista, "pero no un buen historiador, ni tan siquiera documentalista".

Es por esto que los trabajos que se están llevando a cabo en la sacristía de la iglesia de la Anunciación -a cargo de Carmen Álvarez, Ignacio Bolaños y Pedro Franco- "nos van a servir para corroborar la autoría, o incluso para averiguar si, en vez de Montañés, estas piezas puedan ser de algunos de sus seguidores y discípulos, como Juan de Mesa", asegura esta profesora de la facultad de Bellas Artes.

Mientras tanto, en el hospital artístico de campaña instalado en la Anunciación avisan de que "aún es pronto" para saber si la restauración "más costosa" de cuantas se han llevado a cabo en el seno de la Universidad de Sevilla nos deparará alguna sorpresa. "Estamos en proceso, de momento sigue siendo una incógnita", dice simplemente la restauradora jefe, Carmen Álvarez.

Así las cosas, el trabajo minucioso, preciso, ha dado de momento, otras satisfacciones al equipo encargado del proyecto. "Ya han salido a la luz el estofado (colorido original) tan magnífico que tiene la Inmaculada, que había perdido toda su policromía, a causa quizás de los barnices y lacas que se han usado a lo largo de los siglos para proteger la escultura, pero que distorsionan por completo el color", dice Álvarez, que destaca esta obra "con dos piezas", puesto que no hay que olvidarse de "una estupenda peana" que acompañará a la talla de la Virgen en la exposición de la National Gallery.

Estas tres obras maestras no han sido tocadas desde hace 20 años, por lo que eran ajenas a las nuevas tecnologías (radiografías, resonancias magnéticas...) que han permitido descubrir que las esculturas "están ahuecadas" por lo que el deterioro que presentaban era superficial y no ha dañado la estructura. "Es la primera vez que la Universidad está abordando la restauración de su patrimonio con un carácter sistemático, y esto se lo debemos a colaboraciones como las de la National Gallery", explica Morón.

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