El Periodismo y la Literatura han encajado a la perfección en la figura de Javier Reverte (Madrid, 1944). "Mis años de periodista me han servido para ser el escritor que soy", confesó ayer el creador en la conferencia 'Memoria de un viajero', donde detalló cómo "algunos privilegios" del trabajo como periodista enriquecieron y facilitaron su labor literaria. "Como periodista me he podido asomar a muchas vidas, y eso para un escritor es un material imponente. Además, el periodismo te convierte en un caradura, un indiscreto que roba a la gente su intimidad", apuntó el autor de El sueño de África, que definió la Literatura como "un oficio muy arriesgado".
"Aunque te vaya bien la Literatura no te da mucho dinero y tienes que apoyarte en otras cosas. Salvo que seas un Dan Brown o un Carlos Ruiz Zafón", indicó Javier Reverte, que distinguió dos tipos de escritores en la narrativa -"la poeía es para mí un don", aclaró-: los de "naturaleza abstracta, que se meten en su mundo y construyen su propio universo" y los que "precisan de la realidad para construir su obra". "Yo soy de los segundos", dejó claro el autor, que afirmó que tanto la historia como el género literario lo eligen a él.
"Cuando me enfrento a algo no sé si voy a hacer una novela o un libro de viajes", reconoció Reverte, que recordó cómo de la serie de reportajes sobre la guerra de Sarajevo que hizo en 1992 para la revista Panorama salieron después un libro de reportajes y una novela. "Al hacer los reportajes me dí cuenta de que no había contado dos cosas importantes que había percibido: que la guerra acaba con todo lo civilizado que hay en el hombre y que, pese a la adversidad, hay gente que intenta construir un espacio de dignidad. Por eso hice el libro de reportajes Bienvenidos al infierno. Pero luego noté que necesitaba imaginar personajes y situaciones que había conocido en Sarajevo, y así surgió la novela La noche detenida".
"Independientemente de lo que el camino me de, lo que me interesa como escritor es la gente y hacer cosas que no esperaba hacer. Y es que lo imprevisto siempre suele ser lo mejor. En este sentido, la aventura del viaje se parece mucho a la de escribir", añadió Reverte, que defendió la necesidad del género. "En un momento que la literatura de viajes podría no tener sentido por la televisión necesitamos poner nuestros sentidos en juego con la realidad".
