Economía

La banca española se defiende y afirma que no necesita más capital

Mientras el G-20 garantiza una respuesta “firme” y unida, los bancos tiran de las bolsas por rumores de intervención del BCE.

el 23 sep 2011 / 10:05 h.

La Comisión Europea reconoció ayer que otras 16 entidades financieras europeas pueden necesitar recapitalización adicional además de las nueve que no superaron las pruebas de resistencia a la banca del pasado julio.

"Europa es muy consciente de que hay determinados bancos que necesitan recapitalización. Entre ocho y nueve en un plazo muy rápido, de aquí a finales de año, y otras 16 de aquí a abril de 2012 como muy tarde", admitió el portavoz de la Comisión Europea, Olivier Bailly.

Financial Times adelantaba que entre esas entidades había siete españolas, pero ayer desde el Gobierno, hasta el Banco de España, pasando por la patronal bancaria AEB y los grupos afectados negaron este extremo y rechazaron que necesiten capital adicional, ya que cumplen los requisitos exigidos de solvencia, insistieron.

De hecho, fue el sector bancario, con los dos grandes a la cabeza, los que impulsaron el rebote del selectivo Íbex, que logró salvar una sesión de fuertes bandazos con una subida del 2,12%, espoleado por los avances de los grandes bancos, BBVA (5,31%) y Santander (4,64%), que le han dejado a las puertas de los 8.000 enteros. En la semana, el índice bajó un 4,6%, atenazado por la amenaza de una recesión mundial.

Al igual que Madrid, el resto de plazas del Viejo Continente se aferró a las promesas del G-20 sobre su disposición a articular una respuesta internacional fuerte y coordinada ante los nuevos desafíos de la economía global, y terminaron en verde, aunque con menos entusiasmo. Así, las compras se impusieron en los parqués de Londres (0,2%), París (0,75%) y Fráncfort (0,35%), mientras que en el mercado de divisas el euro recuperó posiciones respecto al dólar y marcaba 1,3532 billetes verdes. La prima de riesgo de España se relajó hasta 347 puntos y la de Italia hasta 388.

Sin embargo, los mercados también reaccionaron ante los rumores que se extendieron acerca de una intervención directa del Banco Central Europeo (BCE) que podría concretarse con la compra de deuda de las entidades -como hiciera en su momento con la deuda soberana de los países periféricos-, o también cobra fuerza la opción de que la institución monetaria dé un paso atrás y opte en su próxima reunión de octubre por rebajar en medio punto los tipos de interés como medida de estímulo de la economía.
De no ser por esta razón, poco se entiende el buen comportamiento que registró ayer el sector bancario europeo, tras otra semana para olvidar.

REACCIÓN DEL G-20. Al otro lado del Atlántico, el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el encuentro anual que celebra junto al Banco Mundial, lanzó un alegato en favor de una actuación coordinada por parte de todos. Su directora gerente, Christine Lagarde, subrayó la importancia de que todas las economías "actúen ahora y actúen juntas", y advirtió de que el mundo se está "arriesgando a perder la batalla del crecimiento".

Lagarde incidió en que las "nubes negras" que atraviesan Europa y la gran incertidumbre que existe en EEUU ponen en riesgo que surja un nuevo colapso en la demanda global. "En este mundo interconectado vamos todos en el mismo barco. Y pensar en abandonarlo es un espejismo". En este sentido, aseguró que el mundo se halla en un "momento crucial" y que los actuales "tiempos turbulentos" unen cada vez más a los países, que comparten un destino común. "Dependiendo de la elección que hagamos hoy, en las próximas semanas y meses, nuestra situación económica colectiva avanzará o retrocederá".

Reconoció que la mayor responsabilidad reside en las economías avanzadas, donde es "imperativo" que aborden políticas fiscales y monetarias, financieras y estructurales. Afirmó que EEUU y la Eurozona tienen una "especial responsabilidad" en este asunto y deben acelerar "con urgencia" los esfuerzos que ya han puesto en marcha. En su opinión, la economía norteamericana debe reducir su déficit fiscal, hacer frente al problema de desempleo y aliviar la presión para los hogares sobreendeudados.

Por su parte, Europa debe lidiar de forma urgente con sus problemas de deuda soberana y bancaria y hacerlo de forma conjunta. "Los países que están en el corazón de la crisis deben implementar los programas a los que se han comprometido. Y sus socios europeos deben hacer lo que sea para apoyarles, tal y como se han comprometido".

Por otro lado, reclamó a los bancos centrales que estén listos para aplicar medidas no convencionales en caso de que sean necesarias y pidió un fortalecimiento de los balances de los bancos para impulsar el crecimiento y la implementación de una regulación financiera que cree un sistema más seguro y sólido.

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