La crisis por la que pasa la deuda soberana de España no sólo afecta a las arcas públicas, que tienen que pagar intereses altísimos para colocar sus bonos y letras, sino también al sistema financiero nacional. Y es que, el cliente, gracias a la alta rentabilidad de la deuda, cada vez opta menos por los depósitos. La preocupación de la banca por esta situación de fuga la puso ayer de relieve el director general de la CECA, José María Méndez, quien aseguró que a las entidades les ha salido "el mayor de los competidores" con la deuda pública y va a ser "muy difícil" que puedan competir "con letras del Tesoro a una rentabilidad superior al 5%".
Así, Méndez valoró en estos términos el resultado de la subasta de bonos llevada a cabo ayer y que se cerró con una rentabilidad superior al 5%. ¿Cuál es la consecuencia de esta situación? Si suben las remuneraciones por el pasivo (los depósitos), se tendrá que trasladar el sobrecoste al crédito, lo que cortará más el grifo de los préstamos y lastrará la creación de empleo.
En este sentido, recordó que esta situación se produce mientras las nuevas exigencias respecto a los productos ofertados por las entidades supondrán además un "incremento de costes", al tiempo que el sector afronta una reestructuración que ha exigido "purgar" de una manera que, a su juicio, ahora se extenderá al resto de la economía, empezando por el sector público.
Asimismo, recalcó que se ha producido un "traspaso" en los centros de decisión de las autoridades bancarias hacia la sede de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) en Londres, lo que obliga a "replantear" las relaciones con los reguladores. En este sentido, admitió que el diseño de los requisitos de capital a las entidades españolas refleja que "no han sabido estar cerca" de los nuevos centros de decisión. Por contra, esta situación debería llevar a una reforma del régimen de reparto de competencias entre el Estado y las comunidades en materia de mercados financieros, de forma que solo las autoridades que colaboran con la EBA participen en este debate. A este respecto, señaló que la reforma de la Ley de Cajas fue "un primer paso".
Y todo ello en un clima en el que las entidades europeas no se fían unas de otras. De hecho, los bancos comerciales de la Zona Euro depositaron el miércoles en el BCE un total de 304.418 millones de euros, la cifra más alta en lo que va de año, mientras que solicitaron 4.368 millones en préstamos de urgencia de la entidad, un 61,5% más que el día anterior. La facilidad de depósito del BCE remunera el dinero depositado diariamente por los bancos de la Eurozona al 0,50%, muy por debajo del 1,25% del precio oficial del dinero, lo que constata una desconfianza entre los bancos.
Por su parte, el vicepresidente de la Comisión, Joaquín Almunia, reclamó una "solución urgente" para la crisis de deuda de la Eurozona porque "sólo así" se podrán frenar los problemas de financiación de la banca.
