Las organizaciones saharauis pro autodeterminación hablan de "centenares de heridos, detenidos y desaparecidos" tras el ataque de Marruecos al campamento de El Aaiún, muchos de los cuales se echaron al desierto en la mañana de ayer después de la intervención en Gdaim Izik y todavía se desconoce su paradero. Además, el Procurador general del Rey de Marruecos (Fiscalía) en El Aaiún ha abierto una investigación sobre la muerte del saharaui Gargar Brahim Uld Mahmud Hamadi en los incidentes de ayer en esta ciudad, lo que supone el reconocimiento por parte marroquí de la primera víctima civil en los disturbios.
El desmantelamiento del campamento de protesta saharaui a las afueras de El Aaiún desencadenó ayer una ola de violencia sin apenas precedentes en esta ciudad que ha provocado un número indeterminado de muertos y decenas de heridos. Unos sucesos que no impidieron el comienzo en Nueva York de las negociaciones auspiciadas por la ONU sobre el futuro del Sáhara Occidental en las que participan Marruecos y el Frente Polisario, pese a que se temió por su celebración durante toda la jornada de ayer.
Casi doce horas después del inicio de la operación y al cierre de esta edición, que se emprendió a las 6.45, hora local (7.45 en España), todavía persistían los enfrentamientos en la capital del Sáhara Occidental, donde también participan ciudadanos marroquíes que se han unido a las fuerzas de seguridad.
Fuentes españolas que residen en la ciudad describieron la jornada como "dantesca" y auguraron, según diferentes testimonios, que la espiral de violencia podría recrudecerse anoche aún más. En las calles existe una "tranquilidad inquietante" según estas fuentes, profundas conocedoras de la ciudad pero que pidieron no ser identificadas, e informaron de que unidades del Ejército marroquí patrullan las principales arterias de El Aaiún.
FUEGO Y SIN COLEGIOS.
"Hay incendios por muchas partes de la ciudad y no paran de sonar las ambulancias. Esta mañana -por ayer- he contado no menos de 100 sirenas hasta las tres de la tarde", señalaron estas fuentes, que también dijeron que los colegios cerraron por órdenes de las autoridades sobre las diez de la mañana, pocas horas después de la toma del campamento.
Un vecino saharaui de El Aaiún, Ahmed G., relató cómo las familias intentaron reunirse en sus hogares y hacer acopio de velas en previsión de posibles cortes de luz durante la noche. "La sensación que reina en las casas es de miedo, mucho miedo por lo que pueda suceder en las próximas horas", dijo Ahmed. Este vecino destacó que hay familias que no se han podido reunir aún, ya que, tras el desmantelamiento del campamento, mucha gente que se encontraba en él se echó al desierto que rodea las tiendas y todavía se desconoce su paradero.
Fuentes saharauis agregaron que el aeropuerto se encuentra rodeado por las Fuerzas Armadas marroquíes y explicaron que la ciudad está bloqueada, ya que no se permite la entrada ni la salida de automóviles.
Pese a la aparente calma al cierre de esta edición, otras fuentes revelaron que continúan los enfrentamientos en El Aaiún. Según el presidente de la Asociación Sahara Marroquí (ASM), Reda Taujni, aunque se ha alcanzado "cierta tranquilidad en toda la ciudad", la situación sigue "tensa y no han cesado los robos a tiendas y casas y los sabotajes de fachadas de bancos y de algunos edificios públicos".
Se desconoce el número de víctimas civiles en el desmantelamiento del campamento, donde había congregadas 20.000 personas, aunque las fuentes españolas refirieron que hubo "muchos atropellos" por parte de vehículos en el asalto de Gdaim Izik, que fue reducido a cenizas.
MUERTOS Y HERIDOS
El prefecto de Policía de El Aaiún informó de que no se registró ninguna muerte de civiles en los incidentes de la capital, y las únicas cifras oficiales de muertos hasta este momento son cinco miembros de los cuerpos de seguridad marroquíes, según informó la agencia oficial marroquí, MAP. Las autoridades marroquíes indicaron además que hubo más de 70 heridos entre las fuerzas de seguridad, tres de los cuales, según el director regional de Salud en la zona, Mohamed Buhmiya, son agentes de policía que se encuentran en estado grave. Fuentes saharauis, no obstante, apuntan que hay al menos un civil muerto en las refriegas, Babi Mahmoud Gargar, de 26 años.
El campamento se erigió el pasado 10 de octubre para reivindicar derechos socioeconómicos y llegó a albergar a más de 20.000 saharauis en cerca de 7.500 jaimas (tiendas de los nómadas), que habían denunciado que las autoridades habían establecido en torno a él un cerco militar.
El Ministerio marroquí del Interior indicó ayer en un comunicado que la fuerza pública desalojó el campamento para preservar el orden público y garantizar la seguridad de los ciudadanos, "tras haber agotado todas las vías dirigidas a instaurar las bases del diálogo serio y responsable".
Durante los disturbios, efectivos de la Gendarmería Real y de las Fuerzas Auxiliares marroquíes detuvieron a 65 personas que, según la MAP, "se opusieron a las fuerzas del orden" con "violencia".
La jornada de máxima tensión desde la creación del campamento se había vivido el pasado 24 de octubre, cuando un adolescente saharaui de 14 años murió tiroteado por agentes marroquíes cuando intentaba acceder al campamento.
Estos enfrentamientos coinciden con el inicio en Nueva York de la tercera reunión informal entre Marruecos y el Frente Polisario, auspiciada por Naciones Unidas. El portavoz de la ONU, Martin Nesirky, lamentó que la primera de las dos jornada de conversaciones convocadas por el enviado especial de la organización para el Sáhara, Cristopher Ross, coincidan con el violento desalojo del campamento aunque no condenó la actuación de Rabat.