Salud

La belleza buscada envejece

La crisis ha hecho que la cirugía estética se posponga una media de 15 años en las mujeres, las principales ‘consumidoras’ de estos tratamientos.

el 17 ene 2015 / 08:00 h.

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cirujia La búsqueda del patrón de belleza siempre ha estado ahí. No en vano, Cleopatra se bañaba en leche de burra para mantenerse siempre joven y usaba una crema a base de pulpa de albaricoque para disimular las arrugas de sus ojos. Tal vez, si la Reina de Egipto hubiera nacido dos milenios después, no hubiera recurrido a estos ungüentos y se habría puesto en manos de un cirujano estético como el que visitó el plató de La Consulta, el programa de Salud de El Correo de Andalucía TV. El cirujano Manuel Saldaña desbrozó cada una de las particularidades de la cirugía estética y dejó claro que hasta la crisis ha puesto freno a esa búsqueda de la belleza o, dígase de otro modo, ese sentirse bien con uno mismo. «En los años de bonanza se operaban muchas jovencitas con trabajos eventuales que conseguían crédito con suma facilidad. Ahora eso es imposible, tiene que ser una mujer que tenga unos ahorros de años y lo tiene contante y sonante, porque el crédito no fluye», manifiesta. La media de edad de las pacientes ha subido en torno a 15 años. Y se cita expresamente a las pacientes porque es un producto exclusivamente femenino: sólo acude un hombre por cada 66 mujeres para recibir tratamientos estéticos. Una diferenciación que hace 20 años no existía porque no había hombres que se sometieran a este tipo de tratamientos. El culto al cuerpo es algo relativamente nuevo. «Ahora sí vemos a hombres tratándose los párpados, la nariz, las orejas y los flotadores», manifestó. El doctor Saldaña, antes de profundizar, fijó las líneas rojas. En la actualidad, existe mucho desconocimiento ciudadano entre lo que es cirugía estética, lo que es medicina estética y los llamados centros de belleza. Este cirujano indica que la línea se difumina entre medicina y cirugía ya que tradicionalmente el título recogía las dos acepciones. «En principio, la medicina estética debe limitarse a tratamiento con anestesia local», recalcó Saldaña. Dicho en otras palabras, el bisturí para el cirujano. «La medicina estética se dedica sobre todo a tratamientos de mejoramiento facial y corporal como rellenos o láseres», puntualizó. Los centros de belleza son el tercero en discordia y, «sólo deberían hacer tratamientos que no tuvieran técnicas anestésicas, porque no están cualificados para hacer infiltraciones». Con esa diferenciación, el cirujano entró en materia. Y, en eso de hablar del bisturí y las operaciones estéticas, el implante mamario es el rey. O mejor dicho, el aumento de pecho. Es la cirugía estética más demandada, seguida de cerca por la liposucción y, ya más atrás, la rinoplastia –cirugía de la nariz–, la cirugía de las orejas o el estiramiento de abdomen. Este auge por los implantes mamarios se debe a que la mujer «proyecta las mamas como parte de su femininidad» y «cuanto mejor se vean ellas –no es cuestión de tamaño sino del gusto de la mujer–, mejor estarán consigo mismas, tanto vestidas como desnudas». El doctor Saldaña precisa que las mamas es como el pene en los hombres. La pregunta en plató fue instantánea. ¿Y por qué no hay tantas operaciones de implantes en miembros de hombres? «La mayor parte de las veces se hace cirugía en el miembro cuando este no funciona, ya que el tamaño no es lo importante siempre que resulte satisfactorio para el hombre y su pareja», señala el doctor Saldaña, que recalca, con una medio sonrisa, que la cirugía del pene es poco frecuente porque «consideramos que eso es delicadito y nos da miedo tocarlo». De liposucción sí que anda la cosa más pareja, aunque con la premisa de que los hombres «tienen más facilidad para quitarse la grasa». De todos modos, hasta este cirujano hace un paréntesis, indicando que se trata de una operación relativamente delicada, que requiere «de un estudio preanestésico en una clínica homologada, así como de personal cualificado». «Hay que mirar las cosas e informarse bien, ya que es tu cuerpo y tu salud», remarca en su alocuación otro experto en tratamientos estéticos –en este caso de medicina estética–, Miguel Aragón. El programa La Consulta se desplazó hasta su clínica, donde hizo una definición clara de qué es la medicina estética: «Usar los procedimientos adecuados para paliar los efectos del tiempo sin llegar a la cirugía». Y, para ello, el doctor Aragón se sostiene además en su dilatada experiencia de nuevas tecnologías. Con esa innovación se puede, por ejemplo, recuperar el colágeno que la persona pierde con el paso del tiempo. O, por ejemplo, combatir a la celulitis, «uno de los grandes caballos de batalla», con tres o cuatro sesiones. Volviendo a la cirugía, La Consulta puso sobre la mesa alguno de los mitos, como que los implantes estallaban o se estropeaban –y tenían que ser cambiados–. «La prótesis tiene más de 50 años de historia y sólo tuvo un problema hace tiempo y por un fraude de ley, ya que hubo una empresa que introdujo silicona ilegal. Es un producto muy seguro y sin restricciones», remarcó el doctor Saldaña, que aportó dos datos más para disipar dudas. El primero, que las prótesis mamarias no hay que cambiarlas cada 10 años. Y el segundo, que unos implantes de calidad no plantean problemas de salud, tanto si se rompen como si no. Saldaña aclaró las causas de que la rinoplastia no se haya extendido a España al igual que otros países de la UE, justificado en que está instaurada la costumbre en nuestro país de «narices grandes, por nuestras raíces árabes y no hay necesidad de cambiar» y, ya de paso, informó de que los niños también se pueden someter a una cirugía estética, pero sólo si se acomete por malformaciones congénitas. En ese saco entra la otoplastia, o cirugía que se realiza para reposicicionar las orejas prominentes o despegadas. Una intervención que es «poco invasiva y que deja sólo una pequeña cicatriz en la parte posterior de la oreja». Para terminar, dio en la clave de una nueva cirugía estética: «Que sea bonita, elegante y, sobre todo, que no lleve la firma del cirujano. La mejor cirugía es la que no se nota».

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